DÍA POR LA MARIÑA LUCENSE… 1ª PARTE (PAZO DE TOVAR).

 

Día: 31-05-2025.

Lugares… Pazo de Tovar (Lourenzá – Lugo.).

Comentario:

Jornada en la que nos iríamos a tierras lucenses junto a buena compañía como son Inma y Carlos y con la disculpa de visitar la conocida Playa de las Catedrales ubicada en la costa de la provincia vecina gallega de Lugo y situada a escasos 10 Km de la frontera de nuestro “paraíso astur” y cuyo nombre real es en realidad la Playa de Aguas Santos.

Aunque ya lo conocía de varias ocasiones dicho arenal, la visita al mismo era una buena disculpa para acercarse a la zona para descubrir algunos lugares que se presumían interesantes en un principio y si encima un buen arroz con bogavante iba a ser acto de presencia en el momento de la comida, la jornada parecía tenerla todas para que pasáramos los cuatro unas cuantas horas con muy buen ambiente entre los cuatro.

Pues tras levantarnos Marga y este menda a eso de las 07h45 de este día ya pasaríamos a las 09 aprox a recoger a los otros dos integrantes de la excursión del día para poner rumbo hacia la primera parada que tenía prevista en la mañana y en la que les mostraría un restaurante llamado “Peña Mar” que tenía la peculiaridad de tener en la zona del bar un buen puñado de relojes y objetos antiguos colgados de sus paredes. 

Eran las 10h cuando dejábamos el coche en el aparcamiento del lugar para irnos a tomar el primer café de la mañana y con la anécdota negativa de que el bar de dicho lugar de comidas se encontraba cerrado esta mañana y durante toda la jornada por celebrarse en el mismo un enlace nupcial.

Nos iríamos entonces hasta el pueblo marítimo de Castropol para intentar toma la primera dosis de cafeína y para no encontrar al final ni un bar abierto en esos momentos así que retornaríamos entonces a la Autovía del Cantábrico para atravesar por el conocido  Puente de los Santos hasta la ciudad de Ribadeo, localizando un Hotel de 3* llamado Voar en donde podríamos tomar el primer café del día.

Imagen del primer momento cafetero del día. 

Tras dicho café íbamos a irnos a por la primera visita que tenía programado en la mañana, el Pazo de Tovar del siglo XII, mansión señorial de estilo gótico isabelino y que había descubierto gracias a Internet documentándome para posibles visitas en esta mañana.

Se puede decir que más que un pazo residencial se trataba de una torre defensiva que se iría ampliando allá por el siglo XVI y que constaba de un par de plantas principales, con la baja destinada al servicio mientras y una superior en donde residía Antonio de Tovar, su esposa y sus ocho hijos.

Decir que en sus mejores tiempos el edificio había constado de cuatro torres con una que se conserva en la actualidad de 14 m y a la que no pudimos acceder por encontrarse prohibido al acceso a la misma.

Primera imagen que obtendría nada más dejar el coche en el aparcamiento situado al lado de dicho pazo y en el que por otra parte había un restaurante que tenía bastante buena pinta (para otra vez será…).

Entrada principal al pazo objeto de la visita de este día. 

Entraríamos entonces en dicho recinto y tras pagar la correspondiente entrada (3 euros) ya empezaríamos con la visita de las dos plantas en las que iríamos descubriendo a medida que avanzábamos diferentes salas con antiguos juguetes y otro tipo de piezas que se utilizaron en sus momentos hace ya bastantes décadas.

Sirvan las siguientes imágenes de una muestra resumida de lo que iríamos descubriendo en el interior de este Pazo de Tovar.

Desde el patio interior del recinto y en el que podíamos acceder al restaurante ubicado en el pazo. 

Saldríamos entonces al exterior para ir progresivamente dando una vuelta a los muros exteriores de la mansión y en donde veríamos también el comedor acristalado del restaurante y a la vez que seguíamos sacando diferentes imágenes de lo que veíamos (tres últimas imágenes sacadas por Carlos). 

Tras alcanzar el coche y satisfechos todos por lo que habíamos descubierto en esta primera parada ya nos iríamos a por la segunda visita que tenía programada para el día, la del Monasterio de San Salvador de Lourenzá y que dejo para el siguiente post de esta jornada por tierras gallegas.

¡Continuará…!.