Día:
10-07-2025.
Distancia: 06,36 Km.
Tiempo: 01h:59:25
Desnivel: +385 m.
Picos
subidos: Ninguno.
Comentario:
Itinerario
que ya había realizado muchas veces en esas jornadas montañeras que no me
quería meter “mucha caña” y ruta que no realizaba ya desde hace más de una
década por lo menos. Elegiría para esta ocasión y para mostrarle a Marga un
itinerario que suavizaba “en parte” el ascenso a la cumbre más alta del Concejo
de Oviedo (aunque mucha “peña” piense que esta en la Sierra del Naranco situada
por encima de la ciudad).
Con
tiempo maravilloso en cuanto a sol y tengo que reconocer que con una
temperatura de 31 ó 32 grados al menos que hace que a la mayor parte de la
gente que conozco le empiece a costar algo más de lo habitual el empezar a caminar,
estábamos dejando el coche a eso de las 16h15 por debajo de la zona de La
Mortera a una altitud de unos 250 m aprox para pillar en un primer momento el
tramo asfaltado que en fuerte pendiente nos iba a ir elevando con rapidez hacia
el grupo de casas conocido como “La Focara” (370 m) y tramo en el que ya
empezaría a hacer de las mías con la cámara del móvil.
Dejado
atrás esta pequeña agrupación de viviendas llegaríamos al cruce que nos daba la
posibilidad de acceder a las ruinas del antiguo Castillo de Olloniego así que
para allá nos iríamos sin dudarlo ya que le quería a mostrar a Marga dichas
ruinas en un tramo en el que años atrás lo había encontrado totalmente
accesible por lo desprovisto de vegetación que había en esos momentos.
Carretera
de acceso a la pequeña subida hasta las ruinas del castillo y donde se ve a
Marga tomándome la delantera en el itinerario.
Tras
caminar al menos medio Km empezaríamos con la subida a las ruinas,
encontrándonos con que el sendero de acceso se había convertido en muchos
tramos en un pequeño mano de vegetación con los helechos como protagonistas,
helechos y sus animales de compañía suponía así que viendo el peligro que podía
suponer de cara a llevar animalitos “de compañía” a casa decidimos de pasar de
llegar al castillo para dar la vuelta y seguir por la estrecha carretera hasta
el comienzo de la propia subida al Escobín.
Varias
imágenes tomadas en el itinerario hasta el siguiente pueblo, llamado en este
caso La Sienra (415 m).
Llegaríamos
tras el paso por dicho pueblo a un cruce en el que tomaríamos a la izda el
tramo asfaltado que a partir de este punto se nos tornaría en fortísima
pendiente durante unos cuantos centenares de metros aprovechando la subida directa
que en caso de haber querido hubiéramos podido realizar desde el coche y subida
que realizaríamos en sentido inverso a la hora del descenso.
Varias
imágenes tomadas en este tramo de fortísima ascensión.
Pararíamos
un rato a que Marga se tomara un respiro ya que hasta el final de dicho tramo
el calor parecía que le estaba pasando factura. Ante mi sugerencia de darnos la
vuelta y dar por concluida la ascensión ya que como digo siempre, las rutas no
acaban en la cumbre que se trate un día sino cuando se llega al coche, decidió
intentar continuar ya que a partir del punto en el que nos encontrábamos se
puede decir que empezaba el terreno de montaña porque ya comenzaba la pista que
nos llevaría hasta la cumbre del día.
Varias
imágenes tomadas durante el tramo de pista que anduvimos este día hasta el
momento que decidimos ya de forma fija tirar para abajo y renunciar a la subida
del día.
Marga
le llegaría el momento de que subiendo iba ya “tocada” según me dejaba sentir
por las quejas que me manifestaría en un punto de la subida a través de esta
pista de tierra por la que transitábamos así que decidiríamos ya dar la vuelta
y en mi caso elegir la opción directa que nos iba a llevar de forma más rápida
al coche y en donde tomaría las siguientes imágenes en este tramo de vuelta.
Una
vez en el coche nos iríamos a tomar algo, en el caso de este día hasta la
terraza del Balneario de Las Caldas y en donde tomaría la siguiente imagen.
Una
vez en dicha terraza y tras estar cerca de media hora ya decidiríamos tirar
para Oviedo pero no para casa sino para tomar rumbo al casco histórico de la
ciudad y en concreto a una conocida hamburguesería para los dos donde
comeríamos unas alitas de pollo más un par de hamburguesas (todo muy
sabroso).
Finalizada
la cena de este día ya nos iríamos para casa tras una jornada de montaña en lo
que mejor que haríamos sería darnos la vuelta antes de “tentar a la suerte” y
arrepentirnos luego.
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