Día:
24-09-2025.
Longitud:
15,22 Km.
Tiempo:
06h:29:00
Desnivel: +840 m
Picos
subidos: Ninguno.
Comentario:
Viene
de la primera parte cuyo enlace pongo a continuación…
https://andanzasconjosua.blogspot.com/2025/10/circular-por-bejes-cantabria-1-parte-de.html
Al
final de la parte anterior íbamos a empezar a transitar por una pista de
montaña con terreno irregular que nos iba a llevar a los Puertos de Braña.
Nada
más el tomar el desvío hacia dicho destino íbamos a dar con un par de cabañas
en donde estaba pastando un amplio caballo de ovejas y cabras acompañadas de un
pastor con algunos perros.
Tras
seguir las indicaciones del hombre para que pasáramos al lugar donde estaba él
con el rebaño y tras intercambiar momentos después algunas palabras sobre el
itinerario que teníamos en mente y sus posibilidades para descender a la pista
que le había comentado proseguiríamos la marca para encontrarnos inmediatamente
con algunas revueltas hasta dar con un primer abrevadero que nos había indicado
el hombre que nos iba a salir al paso.
Varias
imágenes tomadas en estos momentos.
El
itinerario a partir de este primer abrevadero iba a bajar en intensidad para
llevarnos a un segundo abrevadero (1.260 m) que nos indicaría el pastor que nos
iba a encontrar.
Veríamos
en estos momentos todo el recorrido que íbamos a tener que efectuar hasta dar
con el punto en el que el terreno nos facilitar ir descendiendo a la pista que
queríamos alcanzar para proseguir con la ruta circular que tenía en mi mente
para este día.
Trío
de imágenes hasta dar con la zona en la que empezaríamos con tranquilidad el
descenso que he comentado.
Yendo
este menda por delante de Marga rápidamente localizaría un punto en la pista
(1.370 m) que parecía bastante factible para que Marga empezara a descender con
“una cierta tranquilidad” y que muestra en la siguiente imagen.
El
descenso como comento lo realizaríamos vigilando bien el terreno por el que
estábamos transitando y con un primer destino “parcial” en el mismo que iba a
estar marcado por una cabaña que había visto ya cuando estábamos transitando
por la pista.
Imágenes
tomadas hasta dar con la cabaña que comento (1.195 m).
De
la cabaña anterior el descenso ya estaba más que claro e iba consistir en ir
buscando las mejores zonas de pradería para ir perdiendo altura de una forma
segura. De todas formas nos encontraríamos con un par de buenas zonas
encharcadas que para salvarlas tuvimos que echar ingenio para no caer en el
barro y agua que había en las mismas.
Cuando
nos quisimos dar cuenta ya estábamos dando con la pista (1.097 m) que nos iba a
llevar en un primer momento hasta el Collado Pelea (1.000 m) tras un corto
ascenso que tendríamos que realizar.
Imágenes
tomadas desde la cabaña anterior hasta que dimos con la pista situada casi a
1.100 m.
Imagen
tomada desde la pista a la Canal del Valle y que tenía en su parte central las
aguas que caían desde cotas altas.
Empezaríamos
entonces el descenso hacia el Collado Pelea (1.000 m) a través de la pista que
nos iba a llevar hasta una zona en donde tendríamos ciertos problemas “en un
principio” para atravesar la misma y que paso a comentar después de poner las
siguientes imágenes.
Selfie
de los dos…
Los
problemas que comento vendrían dados al encontrarnos con un numerosísimo rebaño
de ovejas y cabras acompañadas de seis mastines que en un principio no se
habían percatado de nuestra presencia al ir aproximándonos lentamente y en
silencio.
Como
sabía que no habíamos comido tendríamos que ingeniárnoslas para intentar pasar
por el medio del rebaño sin tener problemas algunos así que le pediría a Marga
que sacara la comida que llevábamos en forma de embutido para intentar cuando
se aproximara alguno o varios de ellos “comprar su permiso” con comida para
cruzar dicho rebaño, el cual una parte estaba en la margen superior de la
pista, estando la otra parte en su margen inferior.
Aun
sabiendo que no es conveniente dar de comer a los animales que nos podamos
encontrar en la montaña, sobre todo tratándose de mastines decidiría dar este
paso para salvarnos de esta posible situación de peligro real como era el
encontrarnos con seis mastines que estaban dispuestos, supongo, a salvar al
rebaño del acercamiento que estábamos realizando en estos momentos.
Amigablemente
y hablándole suave por un parte y por la otra con una rodaja de salchichón se
puede decir que el perro admitiría nuestra compañía sin poner problema alguno
así que mientras seguíamos caminando con tranquilidad (hablo por mí porqué lo
que es Marga...) y dándole muy pausadamente algo de comida llegaríamos a las
cercanías del resto de perros mastines.
Al
vernos se nos acercarían tres de ellos sin ningún signo alarmante salvo algún
ladrido suelto por parte de alguno (se ve que el llegar con uno de sus
compañeros pudo hacer algo positivo por nosotros) así que seguiría con “la
táctica” que se me había ocurrido y ahora la alimentación era también para el
resto que por otra parte amigablemente y sin ningún reproche por nuestra
presencia aceptaron muy gustosamente y peleándose entre ellos por la rodaja de
salchichón que les lanzaba a la pista.
Mientras
tanto ordenaría a Marga que se fuera alejando del lugar donde estábamos
mientras yo les entretenía así que cuando me quise darme cuenta ya estaba
varias decenas de metros por el exterior del rebaño y Marga unos 100 m por
delante de este menda y de los perros.
Llegaría
un momento en que ya les dejaría de dar las rodajas de salchichón que llevaba
así que les enseñaría las manos vacías como diciéndoles que ya se me había
acabado la comida mientras les daba señales que volvieran al rebaño en donde
hay que decir que tan solo había quedado como protector del mismo tan solo un
perro de los seis que inicialmente tenían dicho cometido.
Con
ciertos problemas para que regresaran ya que parecían querer empeñarse en
seguirme me despediría de ellos, no sin antes hacerles una foto a los que se
negaban a regresar al rebaño de ovejas y cabras.
Enseguida
me reuniría con Marga para proseguir con la marcha y en donde veríamos la zona
en donde estaba situado el pueblo de Bejes y a la que queríamos llegar en
cuestión de algo más de una hora.
Collado
Pelea (1.000 m) y que une las zonas de los pueblos de Bejes y de Cabañes.
Localizaría
rápidamente desde este collado un pico al que nunca he subido y que creo que me
quedará pendiente para siempre, Peña Ventosa (1.437 m).
Desde
el collado el pueblo de Bejes y al que esperábamos llegar tras algo más de 01h
de marcha calculaba yo.
Sobre
el descenso decir que lo pasaría mal en el sentido de que nos encontraríamos
con una pista de unos 03 Km para salvar casi un desnivel de 450 m con una
pendiente que creo que nunca me había encontrado en mis años saliendo de
montaña.
Aparte
de esto empezaría a tener algunas incidencias física negativas en la espalda
que me iban a producir debilidad en aumento a medida que transitábamos en
descenso por dicha pista. De hecho tendríamos que parar un par de veces para
recuperar algo de fuerzas y para darle un “descanso” a la espalda en mi caso y
a Marga en sus rodillas.
Un
par de imágenes tomadas en el descenso y del que no tengo apenas más ya que ni
me apetecería parar a sacar el móvil a retratar la bajada (si paraba igual ni
arrancaba me temía).
Y
así acabaría este menda tras llegar casi a la carretera de acceso al pueblo de
Bejes en un punto que estaba situado a 550 m.
Y
lógicamente Marga “sana y salva”.
Panel
que nos encontraríamos ya en la carretera con otra opción de ruta en la zona.
Tras
alcanzar la carretera tendríamos que recuperar los 300 – 400 m que nos
separaban del coche así que de esta manera finalizábamos una guapa y cansina
(por la última hora que habíamos hecho sobre todo) que nos daría una distancia
para la misma de 15,22 Km en un tiempo de 06h:29:00.
Dejadas las mochilas en el coche y sin cambiarnos nos iríamos a tomar algo al bar
del pueblo y a intentar recuperar fuerzas de alguna manera, momento que
inmortalizo en la siguiente imagen.
Imagen
del Bar “El Teju” de Bejes.
Una
última imagen de Bejes antes de dejar el pueblo para poner rumbo a casa.
Una
vez en el coche ya pondríamos rumbo a Unquera para decidir parar “sobre la
marcha” en el área de servicio en el que habíamos tomado el café a primera hora
de la mañana. En dicho lugar decidiríamos comer algo en forma de platos
combinados por así decirlo, siendo en mi caso un plato de patatas, huevos,
jamon y torreznos que me supo tengo que decir “a gloria”.
Imagen
del local y de este momento de la merienda – cena.
Finalizada
la cena de esta jornada ya pondríamos rumbo a casa para llegar sin novedad y
tras pasar una buena jornada que en cierta manera aunque fuera de una forma más
liviana me recordaría a las de hace ya algunos años.
Como
apunte a la ruta acabaría muy pero que muy cansado a nivel del tren inferior a
causa de la tremenda bajada que tendríamos que realizar en la última hora de
ruta.
¡A
por la siguiente…!.
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