Fecha: 19-06-2017.
Lugares visitado en este post: Munébrega, Nuévalos.
Comentario:
Llegaba en esta semana
de Junio el periodo vacacional que suelo dedicar para viajar y habíamos
decidido Adela y el menda acercarnos a conocer la zona del Monasterio de
Piedra así como algunos pueblos de la provincia de Zaragoza, aprovechando que
en los últimos días de la semana habíamos reservado hotel en la capital
aragonesa, así que tras levantarme a las 06h15 de la mañana de este lunes,
partiría con el coche a eso de las 07h15 en dirección a León por el Pto Pajares
ya que tenía la intención de ir hasta tierras aragonesas por Castilla-León, La
Rioja y finalmente llegar a Zaragoza con la intención de recoger a Adela que llegaba
en tren desde tierras levantinas.
Como suele ser
habitual, tocaba parada en “El Ezequiel” para desayunar algo y luego poner
rumbo directo por dicho itinerario hasta la capital maña, capital a la que
llegaría en torno a las 14h15 (tras 07h de viaje) en un día espectacular de sol
y calor (unos 37 grados), por lo que tenía algo de tiempo hasta que llegara el
tren a la estación zaragozana de “Las Delicias”.
Un par de imágenes (sacadas el último día) de dicha estación aragonesa.
Tras el reencuentro ya
nos iríamos a comer algo a un centro comercial cercano, para acto seguido poner
rumbo al pueblo de Nuévalos que era donde habíamos reservado un par de noches
con el objetivo de conocer el cercano Monasterio de Piedras, ubicado a unos 3
Km de dicho pueblo.
Algo más de 01h15 nos
iba a separar el itinerario entre las dos poblaciones, pero antes de llegar al
pueblo de Nuévalos y al tener tiempo de sobra, pararíamos en un pueblo conocido
como Munébrega (750 m – 410 hab en el 2016), pueblo conocido por ser la cuna de
numerosos personajes ilustres (7 obispos, 3 arzobispos, 1 cardenal, embajadores,
escritores, …) y por el que daríamos el primer paseo rural de las vacaciones,
inmortalizando el enclave a través de su Ayuntamiento y de la Iglesia de
Nuestra Sra de la Asunción, de estilo mudéjar y que data del siglo XIV.
Tras la visita a este
pueblo, ya nos iríamos directamente hacia Nuévalos y hacia el primer
alojamiento del viaje, el Hostal “Las Rumbas” de 2* y en el que pasaríamos un
par de noches en el mismo, cumpliendo el hostal las expectativas que llevábamos
y en el que se pueden resumir en las mismas en los términos de tranquilidad y
buena ubicación.
Enlace con algo de
información sobre el pueblo de Nuévalos (724 m - 335 hab en 2016).
Imagen del hostal
(sacada el día que nos marchamos del mismo).
Enlace del hostal “Las
Rumbas”…
Tras hacer el check-in
en el hostal nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, pese a que el tiempo en
la zona estaba con bastante nubosidad de tormentas, comentario que viniendo en
coche por la autopista desde Zaragoza a Calatayud le había hecho este menda a
Adela (“desgraciadamente” no me equivocaría al final).
Tras comprobar “el nulo”
ambiente que había en el pueblo, nos encaminamos por las callejuelas del mismo
para descubrir algunas que otras imágenes de Nuévalos como las que muestran las
que pongo a continuación…
Pero…¡Por Dios, que se
me olvidaba…!, lo primero es presentar
a los protagonistas del viaje…
Primera imagen que se
me quedaría grabada en mi retina del pueblo.
“Las primeras piedras”
a las que llegaríamos en este pueblo, El Castillo menor de Nuévalos (siglo XIV),
conocido también como la Torre de Nuévalos, en la actualidad restaurada y que
sirve como Oficina de Turismo de la localidad.
Vistas desde esta torre
del embalse situado junto al pueblo, el Embalse de la Tranquera, inaugurada por
Franco en 1960 para abastecer de agua a Calatayud, con una longitud de 06,5 Km
y un perímetro de 16 Km.
La vuelta continuaba y
el tiempo empezaba a empeorar claramente, escuchando y viendo algunos rayos y
truenos a lo lejos que poco a poco parecían querer acercarse al pueblo.
Alguna casa que me
llamaría la atención.
Estábamos casi al lado
del Ayuntamiento y de la principal iglesia del pueblo, la Iglesia de San
Julian.
El Ayuntamiento.
Vista lateral de la
iglesia y en la que se pueden apreciar por encima de la misma las nubes de
tormenta que nos acompañarían un buen rato, dejando caer momentos después un
aguacero más que sobresaliente.
Como comento, los
truenos y rayos ya estaban muy cerca del pueblo y de repente comenzaría a
llover con muchísima intensidad, refugiándonos entonces en unos huecos situados
por debajo de la iglesia y oyendo y viendo en todo momento como el cielo
tronaba y se iluminaba por momentos.
No estábamos en buen
lugar para protegernos de la amenaza que venía del cielo, incluso cambiamos de
ubicación, pero cuando vimos que un rayo caía muy, pero que muy cerca del
pueblo, milagrosamente pude descubrir un amplio bajo en una casa que se
utilizaba a modo de cochera, así que según “me dicen” y tras tener una “cara de
poema” momentos antes por el peligro que se nos venía encima, decidimos cambiar
de refugio y para allá y bajo un buen aguacero nos fuimos a proteger en un
lugar en el que ya nos íbamos a sentir mucho más seguros.
Imagen de la cochera.
Un par de vídeos de
esos momentos.
Tras pasar la tormenta,
ya continuaríamos con la visita y descubriendo algunas nuevas vistas del pueblo,
de su barranco, de alguna ermita del mismo y por último de su iglesia
parroquial.
Tras descender hasta el
cruce principal de carreteras del pueblo, nos iríamos a tomar algo a uno de
los bares del mismo, para acto seguido ya irnos a cenar a base de un par de
platos combinados al hostal en donde nos íbamos alojar las dos siguientes
noches.
Una vez con el estómago
lleno, ya subiríamos a descansar hasta el día siguiente y a recibir a los
mosquitos que en esa primera noche se dignaron a darnos el recibimiento en la
habitación.
Al día siguiente,
tocaba una de las visitas principales de este viaje y a la que este menda le
tenía muchas ganas, la del Monasterio de Piedra con sus cascadas, pero eso ya
es para el siguiente post…
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