Fecha: 06-04-2023.
Desnivel: +450 m.
Longitud: 13,63 Km.
Tiempo: 04h:36:31
Picos subidos: Ninguno.
Comentario:
Primer día festivo en Asturias de semana santa o lo
que es mismo llegaba el Jueves Santo así que en este día y dado el “verano” que
estamos sufriendo en el norte climatológicamente hablando nos dedicaríamos de
nuevo a la montaña y en esta ocasión a realizar una de las “clásicas” en
Asturias a nivel senderista como era la de los Lagos de Somiedo desde su acceso
más sencillo como alcanzando primero el Alto de la Farrapona (1.708 m) lugar
que encontraríamos plagado de coches y en donde dejaríamos el vehículo tras
habernos acercado primero a Cornellana a tomar el cafetín anterior a cualquier
actividad deportivas.
Como suele ser costumbre iniciaríamos la ruta muy
tarde pasadas las 12h para pillar en este tramo inicial la pista que en
descenso durante más de un Km nos iba a llevar al primer lago de los cinco que
conforman el conjunto de estos conocidos lagos asturianos.
Varias imágenes tomadas en los inicios de la ruta
como la de Marga junto al panel indicativo de la misma, la pista tomando el
sentido descendente que he comentado y la carretera serpenteante que subía a lo
largo de todo el valle de Saliencia.
El primera lago que nos encontraríamos sería el de
la Cueva, de marcado origen glaciar y dada la escasez de nieve y lluvias el
mismo este año no se encontraba en las condiciones en el que lo había
encontrado en anteriores visitas.
Tras la imagen anterior la pista iniciaba un claro
ascenso de cerca de 01 Km en busca de un collado en donde nos íbamos a
encontrar con el segundo lago de este conjunto lacustre, el lago de la Mina.
Imágenes tomadas en el trayecto hasta dicho collado.
Tras el tranquilo ascenso que realizaríamos y tras
algunas paradas para disfrutar del paisaje e inmortalizarnos ya llegaríamos
hasta este segundo lago que normalmente casi siempre lo he encontrado sin agua,
sobre todo en época de verano así que por la época en la que estamos era todo
un lujo verlo con una llamativa cantidad de agua antes de que lleguen
próximamente los meses más calurosos del año.
Marga posado con el lago de la Mina por detrás y con
algunos dos miles algo más alejados y a los que dedicaría algunas salidas en estos
años pasados.
Pocos metros después de la ubicación de este lago ya
íbamos a llegar al collado que me he referido anteriormente y en donde íbamos a
dejar la pista para tomar un sendero que en varios centenares de metros nos iba
a llegar al lago más profundo de la Cordillera Cantábrica, el Lago de
Calabazosa o también llamado Negro con una profundidad de hasta 50 m y un
contorno de más de Km y medio.
Pillando el sendero.
En nuestro trayecto hasta el punto que hacía de
mirador a dicho lago sacaríamos en su tramo inicial alguna imagen del Lago de
La Mina y muy por detrás todo el cordal de la Sierra de los Bigaros con
altitudes superior a los 2.000 m.
Lago de la Calabazosa.
Tras estar algunos minutos en este punto ya
retomaríamos de nuevo el sendero que nos llevara a la pista mientras el cuarto
lago del conjunto lacustre (Lago Cerveriz) nos iba aparecer por debajo de otra serie de picos de 2.000
m, los tres que conforman los Picos Albos de Somiedo.
Poco antes de llegar a la pista ya veríamos todo el
siguiente tramo a realizar hasta visualizar el quinto lago y que iba a
consistir en marchar por el valle que se abría en frente hasta las caídas a
otro de los valles conocidos del Concejo de Somiedo, el Valle del Lago.
Este tramo iba a consistir en algunos subes y bajas
por praderías hasta la Vega de Camayor, zona toda esta que en verano se
encuentra atiborrada de ganado pastando en sus verdes praderías. .
Varias imágenes en el trayecto dicha vega y en la
que de haber continuado por el sendero en descenso que partía del collado, nos
hubiera llevado hasta el mismo Lago del Valle, el mayor de la Cordillera Cantábrica.
No íbamos demasiado bien de tiempo ya que habíamos salido tarde así que no
quisimos “tentar a la suerte” y decidimos en vez de perder metros con rapidez
ir por otro sendero que salía a nuestra izda al poco de iniciar dicho descenso
y que llevaba bordeando la Fana Brava (1.897 m) hasta un punto en el que ya
daríamos con vistas de este quinto lago del día y en el que pararíamos a comer
alguno de los bocatas que había preparado Marga a primera hora de la mañana.
En el collado antes de dirigirnos al lugar de la
comida.
Iniciando el descenso hacia la zona verde que se ve
en la izda en la imagen pero a la que no llegaríamos para en su lugar tomar el sendero
que he comentado y que iba bordeando como he dicho anteriormente la cumbre de
la Fana Brava (1.812 m)...
Tras ir tranquilos por este sendero ya llegaríamos a
descubrir el Lago del Valle y a sentarnos a comer algo durante una media hora
aprox.
Acabado este tiempo para la hora de la comida
ya iniciaríamos la vuelta a la Farrapona, aprovechando en mi caso a sacar este
trío de imágenes antes de alcanzar la collada de la Veiga de Camayor.
Ascendiendo hasta dicha collada.
Desde la collada ya sería volver nuestros pasos así
que el resto de la ruta ya tiene poco que contar, ir superando los diferentes
toboganes en el terreno hasta dar de nuevo con la pista que nos había permitido
observar los cuatro primeros lagos.
Algunas imágenes tomadas durante esta parte de la
vuelta hacia el coche.
Tras alcanzar en descenso el primer lago que
habíamos visto en la ruya ya iniciaríamos el ascenso hasta La Farrapona para
alcanzar de nuevo el coche tras meternos en esta jornada una ruta de 13,63 Km
en un tiempo de 04h:36:31 en un día espectacular en cuanto al tiempo como a las
vistas que nos ofrecería este paseo.
Una vez en el coche ya descenderíamos por la
pista polvorienta hacia Torrestío y en donde pararíamos a tomar la cerveza
post-ruta y posteriormente acercarnos dando “un pequeño rodeo” hasta Villamanín
en donde pararíamos a cenar en “El Ezequiel” para luego poner rumbo a casa a
donde llegaríamos pasadas las 23h.
Un par de imágenes finales, la primera con la cervecita en Torrestío y la segunda reponiendo energías en Villamanín.
En resumen... Primer día de Semana Santa y primera guapa salida hacia una zona en la que he pateado bastante estas últimas dos décadas.
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