Fecha: 30-03-2023.
Desnivel: +680 m.
Longitud: 12,98 Km.
Tiempo: 03h:40:21
Picos subidos: Ninguno.
Comentario:
De nuevo saldríamos esta semana de finales de Marzo a
patear algo a la montaña y esta vez sería después del trabajo así que tras ir a
buscarme Marga a las 15h pondríamos rumbo a este guapo y peculiar entorno
rural, seguramente uno de los emplazamientos más guapos y peculiares de la
Asturias desconocida para muchos y que pude conocer el año pasado con algunas
compañeras de trabajo.
Eran menos de las 16 h cuando dejábamos el coche en
un pequeño aparcamiento situado a la entrada del pueblo (625 hab - 38 hab en el
2017) para pillar seguidamente una pista que tomaba dirección a la zona de
Cuevallagar, itinerario por otra parte desconocido para mi así que la ruta me
iba a servir de nuevo para tachar una más de “la libreta de pendientes” de
estos años.
Algunas imágenes tomadas en esta primera ruta que
nos elevaría rápidamente hasta un primer collado con desniveles realmente
tremendos en bastantes tramos. 3 4 7
8 11 12
16 18 23
Tras 45 min llegaríamos hasta este primer alto en el
camino para visualizar el siguiente tramo por el que tendríamos que caminar
hasta otro collado que en esos momentos me parecería más lejos de lo que me había
imaginado a través de algún mapa. Tras consultar con Marga si seguíamos o no y
dada su respuesta firme y afirmativa para allá que continuaríamos sin ningún
tipo de duda para ver a dónde llegábamos.
Siguiente tramo hasta dicho segundo collado que en esos
momentos parecía lejano.
La pista descendería durante más de medio Km para
cambiar entonces su sentido y empezar a elevarnos rápidamente ya que la
pendiente de nuevo se volvía a incrementar.
Más imágenes, ahora en este segundo tramo.
Vistas desde este segundo collado al siguiente tramo
en el que la pista en su tramo inicial de nuevo volvía a tomar sentido
descendente.
Fotos en este tramo.
Vistas al este hacia la Sierra del Aramo.
Volviendo la vista hacia atrás al tramo recorrido
desde el sgdo collado.
Vista hacia el Oeste y observando el sendero que me
hubiera llevado al Pico Caldoveiro (1.354 m), máxima altura de esta sierra
interior del centro de Asturias y que como es lógico ya pisé en su momento pero
hace mucho, mucho tiempo así que un día de estos habrá que hacerle de nuevo una
visita.
¡Vamos Marga, a por el siguiente tramo...!.
Aproximándonos ya a la cavidad natural conocida como
Cuevallagar y situada en las estribaciones de otro pico conocido por el menda,
el Pico Loral (1.252 m) de fácil ascensión y en el que pudimos descubrir
también como el fuego había llegado también a sus laderas.
Un par de imágenes de dicha cavidad a la que no
descenderíamos.
Renunciaríamos como he dicho a descender para volver
entonces sobre nuestros con el fuerte viento como protagonista y que hacía
bastante desagradable el caminar así que en esos momentos sí que es verdad que
el ritmo se acrecentaría de forma muy notable respecto al tramo de ida que
acabábamos hace un momento de finalizar.
Marga acometiendo la ascensión en este tramo de
vuelta.
Vista del segundo collado al frente en este tramo de
retorno al coche.
De nuevo había que acometer por terreno herboso y
que parecía una alfombra por momento una ascensión hasta el collado que hacía
un momento habíamos ojeado desde la distancia.
Tras llegar al collado ya solo nos restaba descender
y acometer la subida hasta el paso que nos permitiría alcanzar la bajada
pronunciada hasta el pueblo de Bandujo.
Vista en frente de este tramo y de la pista que iba
serpenteando en el terreno.
Cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos
descendiendo hasta el pueblo así que el resto de la ruta iba simplemente en
perder metros hasta el aparcamiento en donde habíamos dejado el coche hacia
algunas horas.
Tras 12,98 Km y casi 03h45 llegábamos al vehículos
sanos y salvos en una caminata en la que Marga se portaría muy bien a la hora
de caminar y en la que para este menda sería un agradable paseo que me
recordaría rutas con rampas muy importantes de años pasados.
Como anécdota alimentaria decir que no comería
absolutamente nada y pegaría dos o tres sorbos en esas horas así que de nuevo
volvía a las andadas y sin notar para nada esa ausencia de bocado alguno.
Tras pillar el coche y en mi caso pegar bocado a uno
de los bocadillinos que me había preparado Marga para comer todavía al regreso
pararíamos en Proaza a tomarnos algo, en mi caso una cerveza de esas que me
supieron a gloria. Tras Proaza ya el día tendría poco que contar ya que ya nos
iríamos para Oviedo a descansar y a la espera de salir de nuevo a patear algo
por el paraíso natural aunque con las últimas quemas haya disminuido bastante
su intensidad en muchas zonas.
¡A por la siguiente ruta...!.
Que mierda los incendios, este año sturias ardiendo por los 4 costados. Que pena.
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