miércoles, 23 de noviembre de 2016

CONCEJO DE BELMONTE DE MIRANDA… (2ª PARTE…).



Día: 22 Octubre y 01 Noviembre 

Lugar: Belmonte de Miranda.

Pueblos reflejados en imágenes en esta 2ª Parte…
Posadorio, Cezana, Faidiello, Las Estacas, Valbona, Quintana, L,Abedul, Abango, Begega, Antoñana, Millara, Bello, Belmonte.

Comentario:
2ª Parte de mi vista a este concejo y en el que reflejo la visita a varios pueblos alejados de la principal vía de comunicación del municipio, así que vamos a por ello…


Antes de continuar, enlace con la primera parte de mis andanzas por el municipio…


Mapa del municipio con el área que engloba este reportaje.


Comienzo esta segunda parte con la visita a tres pueblos (Posadorio, Cezana y Faidiello) , los dos últimos bastante “perdidos” que se encuentran tras coger un desvío situado a la drcha un km antes de la capital del concejo, Belmonte, según se viene de Oviedo.

Pillaría una estrecha carretera que permitía en bastantes tramos el cruce de dos vehículos y que me iba a ir elevando rápidamente entre la masa forestal y con algunos claros hacia el valle principal de este concejo.

Algún vistazo hacia dicho valle y al fondo se pueden distinguir las primeras casas de la capital del concejo.


Tras un par de km aprox ya me iba aparecer el primero de los tres pueblos de esta carretera, el pueblo de Posadorio (370 m – 12 hab), pueblo en el que no me iba a decidir a dar una vuelta ya que me pareció que no tenía mucho que ver, conformándome simplemente con sacar una imagen del pueblo desde una curvona situada unos centenares de metros antes del pueblo y desde la cual está sacada la foto anterior del valle.


En esta curva me pararía algunos minutos para sacar también otra foto de un par de pueblos, Corias de Arriba y Corias de Abajo por los que había pasado el día anterior.


Como digo, no pararía en este pueblo de Posadorio, así que continué ascendiendo por fuerte pendiente en busca de los otros dos pueblos y con la suerte de que me iba aparecer un buen lugar para dejar el coche un buen rato tranquilo para disfrutar del paisaje y sin estar pendiente de si se me podía cruzar coches de vecinos de la zona (todo un lujo en mi periplo por algunos pueblos del concejo).

Descubriría hacia el Norte un pueblo al que luego llegaría con el coche y que recibe el nombre de Fresnedo (390 m – 23 hab), pueblo que descansa sobre la única parte de la montaña que no tenía masa arbórea.


Reanudé la marcha y proseguí con la subida, dando tras avanzar varios km con el segundo pueblo, Cezana (640 m – 32 hab).

Aquí sí que pararía ya que me encontré con algún que otro panel situado en la plazoleta principal del pueblo y reflejando alguna capilla dedicada a San Bartuelo y Sta Fátima, así con un conjunto de paneras y hórreos y molinos de gran valor etnográfico, así que era de obligado cumplimiento el visitar el mismo.

Ermita de San Bartuelo y Sta Fátima.


Daría una vuelta por el pueblo y en el que me encontraría unas seis o siete personas a lo largo del mismo realizando las labores habituales de estos entornos rurales, así que retorné de nuevo al coche para seguir con mi marcha ya hacia el último pueblo de la carretera, carretera que ahora se estrechaba casi justo para el paso tan solo de un vehículo en la mayor parte de su trayecto.

Tenía curiosidad por ver la situación del último pueblo, Faidiello (630 m – 5 hab), así que “rezando” al volante para que no me viniera coche en sentido contrario llegué a la primera casa-cuadra del pueblo, observando como la carretera se volvía ahora “caleya” y mirándola sí que parecía que era de gente “osada” atreverse a meter el coche hacía el núcleo principal del pueblo, núcleo situado varios centenares de metros después de esta primera casa y en cotas más altas, así que decidí renunciar a mi visita a este pueblo (aunque sigo teniendo curiosidad por visitarlo) y emprendí el regreso con el coche hacia la carretera general del concejo.

Pillaría entonces la carretera para al par de km y pico pillar a la izda la carretera que me iba a subir a la zona de los pueblos de Las Estacas y Quintana, aunque mi motivación era sobretodo acercarme, si podía, al pueblo aislado de Abedul y de paso conocer las caídas de la vertiente Oeste de la Sierra de Peña Manteca.

Pues tras pillar esta carretera que digo, carretera en buenas condiciones iba a iniciar el ascenso por la misma para a los pocos km pillar a la izda el desvío hacia el pueblo de Fresnedo que había visto alguna hora antes y del que partía una estrechísima carretera (cabía un coche justo y gracias…) que en 600 metros me iba a llevar hasta el mismo.

Llegaría a la entrada de las casas del mismo y me posaría unos minutos para investigar un poco el mismo (no tenía nada que ver, a no ser el tema paisajístico), así que rápidamente retornaría a la carretera que comunica este concejo de Belmonte con su vecino de Tineo por el “Collado del Muro” o “Alto de las Estacas”, puerto que no sabía de su existencia hasta este día.

Por buena carretera iba a ir ascendiendo hasta este paso montañoso, parando poco después del alto para sacar algunas fotos de un par de pueblos, Las Estacas (620 m – 37 hab) y algo más alejado, el pueblo de Valbona (pueblos que me conformaría simplemente con el hecho de que quedaran plasmados en mi cámara fotográfica).

Imagen de este par de pueblos.


Tocaba ahora emprender el regreso en busca del pueblo de Quintana, pueblo que visitaría momentos después.

Imagen hacia atrás en mi descenso.


Las caídas de la Vertiente Oeste de la Sierra de la Manteca.


Tras el descenso de un par de km ya me iba aparecer a lo lejos el pueblo que me permitiría el acceso al pueblo perdido de El Abedul, el pueblo de Quintana.

Pueblo de Quintana (375 m – 17 hab) esperando mi visita.


Seguí con el descenso por la carretera hasta dar con el desvío hacia este pueblo de Quintana, así que tomaría dicho desvío y una carreterina de 1 km me iba a empezar a subir hasta dicho pueblo.

Pero antes de entrar en el pueblo me iba aparecer la iglesia dedicada a San Julián, así que me detuve para inmortalizarla en un par de fotos.





Aparcaría entonces en el pueblo para dar una pequeña vuelta y con el objetivo claro de ver su conocida torre medieval.

Trío de imágenes con la torre y el típico hórreo con la leña recopilada para el Invierno.








De este pueblo iba a coger la carreterina que en 14 km me iba a dirigir a las casas dispersadas de la zona del Abedul.

Iba a ir ascendiendo a un pueblo distante 1 km, llamado Alcedo (550 m – 34 hab), pueblo por el que simplemente pasaría en mi trayecto hacia el pueblo perdido del Abedul.

En el trayecto hasta este pueblo, vista hacia atrás del pueblo de Quintana.


Una vez que pasé Alcedo, la carretera sí que se estrechaba bastante y todavía más de 10 km me iban a quedar hasta que llegara hasta ese pueblo o mejor dicha hasta esa zona de la que tenía bastante curiosidad por saber cómo era. 

Estaba transitando por la parte Oeste de la Sierra de la Manteca y a falta de unos 4 ó 5 km, una zona amplia de verdes pastos me iba aparecer en mi itinerario con algo de ganado caballar.





Con paciencia en la conducción iba a llegar hasta la primera casa de este pueblo del Abedul (950 m – 38 hab en el año 2000).

En el mismo lugar donde se encontraba esta casa, apareció ante mí, una ermita, la Ermita de la Magdalena.


Un par de vistas desde la zona de esta primera vivienda.





Me iba adentrar por una estrechísima pista asfaltada hacia un grupo de casas que la paisana me había indicado y que me había jurado que llegaba el coche.

Iba subiendo hasta dicho grupo de casa hasta llegado a un punto en el que la pista hormigonada permitía el paso del vehículo en una zona sin tener ni un cm de despiste, así que como vi que me iba a meter en un buen marrón y encima a los lados, había algo de caída hacia una casa, decidí ir dando marcha atrás “a paso de tortuga” y teniendo incluso que realizar alguna que otra maniobra para no colisionar con el matorral que caía a un lado del coche.

Solventé dicha situación con más problemas de lo que me hubiera gustado, así que cuando regresé a la ermita de la entrada y al tramo asfaltado, fue como si se me abriera el cielo.

¡Nunca más…!, pensé, así que fui regresando hacia el primer pueblo de la carretera, Quintana y luego ya hasta la carretera general.

En mi descenso hacia la carretera general, un par de imágenes…

La primera, el pueblo aislado de Abango (720 m -8 hab), pueblo al que no me acercaría.


La zona de los yacimientos en busca de oro en la zona de Boinás.


Aldea cuyo nombre no conozco situada muy cerca de Alcedo.


Otra imagen de los yacimientos mineros con el pueblo de Quintana (drcha) y Boinás (izda).


Descendí de nuevo hasta la carretera principal de esta zona y lo que se me ocurrió fue irme hasta otro pueblo de la zona, el pueblo de La Vega (400 m – 28 hab), separado de la carretera apenas 1 km.

Me quedaría a la entrada de dicho ya que una vez que llegué a la misma, no me apeteció introducirme en el mismo ya que la entrada me pareció un poco estrecha y ya estaba un poco cansado, después de la experiencia en el pueblo anterior de L,Abedul, de complicarme la existencia con el coche, aunque estoy seguro que no hubiera tenido problemas en esta ocasión.

Lo que hice fue retornar de nuevo a la carretera y retorne unos centenares de metros para pillar sucesivamente un par de desvíos  que me llevarían a la entrada de los yacimientos mineros de oro, entrada prohibida (como es normal) a vehículos que no fueran de la obra y desvíos situados en la zona del pueblo de Boinás (430 m – 56 hab).

Todavía me quedaba recorrido por hacer este día, así que pasé de la visita a este par de pueblos y me decidí a subir otra vez hasta el paso montañoso de “Las Estacas”, para pillar allí la carretera que me iba a llevar a Begega para luego descender por la zona de los pueblos de Villaverde, Pando y Bello hasta la carretera principal del concejo.

En mi trayecto hasta el pueblo de Begega, vista de la balsa de sedimentos de las explotaciones de oro de dicha comarca.


Desde esta carretera me encontré con muy buenas vistas de dichas explotaciones auríferas de la empresa Río Narcea Gold Mines y al poco ya me iba a encontrar con el desvío a la izda hacia el pueblo de Begega (620 m – 23 hab), el cual parecía tener un par de cosas interesantes que ver.

La primera de ellas iba a ser la Iglesia de origen Alto Medieval y dedicada a Santa Eulalia.





Desde la zona de la iglesia, imagen de las explotaciones a cielo abierto.


La otra construcción interesante de este pueblo es la Casa – Palacio, separada de la iglesia por algún centenar de metros.


Retorné a la carretera que me bajaría bordeando esta zona montañosa, conocida como la Sierra de Begega y nada más llegar a la misma desde el pueblo de Begega, salió mi vena montañera y me decidí por pillar la pista de tierra que me iba a elevar a cotas más altas, plagadas de artefactos de energía eólica.


La verdad me elevaría bastante con el coche y tras aparcar el mismo opté por caminar unos 500 m para ver si podía obtener mejores vistas de la balsa de agua que había visto un rato antes desde la carretera.

Imposible de obtener la vista que quería, optaría por sacar foto – recuerdo de toda la zona de la Sierra de la Manteca.


Tras la vistas a dicha sierra, retorné el coche para pillar al poco la carretera que quería y que me iba a bajar descubriendo algunos de los pueblos de esta zona.

Pueblo por ejplo, de Antoñana (570 m – 34 hab).





O este otro de Millara (520 m – 24 hab) y perteneciente al concejo de Salas, aunque su acceso era por esta carretera del concejo de Belmonte.


Ya era algo tarde y tenía ganas de acabar por este día, pero en el descenso me iba a encontrar con otro pueblo llamado Bello (310 m – 20 hab) que parecía tener un par de palacetes así como alguna ermita, así que otra vez tocaba parada y caminar un rato por el mismo.

Imágenes del mismo.








Tras alcanzar la carretera principal del municipio y si se va en dirección a Cornellana unos centenares de metros, se alcanza a ver una pequeña y estrecha carretera que conduce al pueblo perdido de Modreiros.

En esta ocasión me internaría por dicha carretera unos kilómetros con la intención de disfrutar simplemente de las vistas panorámicas que me podía ofrecer el itinerario, vistas como esta que sigue…


Tras el regreso a la principal vía de comunicación, se puede visitar ya la capital del municipio, Belmonte (200 m – 416 hab), población situada al lado del río Pigüeña y en la que plasmé dicha población en imágenes como las que siguen…
























Pues con estas últimas imágenes finalizo esta segunda parte dedicada al concejo de Belmonte de Miranda, así que dejo ya para una tercera y última parte el resto de las poblaciones que visité en este guapo concejo asturiano.

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