lunes, 18 de junio de 2018

INTENTO FALLIDO A LAS MINAS DE RIOSECO DESDE MURIELLOS.



Día: 16-06-2018.

Desnivel: +590 m.

Longitud: 13,18 Km.

Tiempo: 03h:59:24


Comentario:
En este día me iba a encontrar algo vago para ir lejos con el coche a realizar la ruta de montaña de esta jornada, así que pensando en una más o menos cercana a Oviedo, decidí tirar para el Concejo de Riosa para intentar hacer una que había visto hace ya algún tiempo y que tenía como destino las minas de Rioseco pero partiendo poco después de la localidad de La Vega y con una primera subida al pueblo de Muriellos.

Dejaría el coche en la Plaza de Nijeres (300 m aprox), situada poco después de esta localidad de La Vega y en la carretera que iba en dirección al pueblo escondido de Llamo.

Tras dejar el coche caminaría unas decenas de metros por dicha carretera hasta encontrarme con el primer desvío del día, el  Caleyón de Muriellos.


Con mucha tranquilidad iría subiendo por dicho tramo asfaltado hasta encontrarme con el tramo hormigonado que en fuerte pendiente me iba a obligar a ir subiendo hasta el pueblo de Muriellos por la corta pero pendiente ruta del “Caleyón de Muriellos”.


El itinerario me iba a meter durante unos minutos en la zona sombría por la que caía el Reguero del Bon, zona en su mayor parte en la que el hormigón se encontraba bastante resbaladizo por la humedad reinante durante todo este trayecto hasta el pueblo de Murieses.


A pesar de la arboleda, en el tramo final esta se despejaría y me dejaría ver con claridad toda la zona de La Vega y la del Monte Llosorio (998 m)..


Imagen en la que se ve la zona en la que dejaría el coche aparcado en este día para comenzar la ruta (primeras casas…).


Llegaría entonces al pueblo de Murieses (430 m), el cual conserva buenos ejemplos de arquitectura tradicional y por lo cual siempre es agradable perderse entre sus caleyas empinadas, así que tras salir a la carretera y andar hacia la drcha unos 30 metros, tocaba de nuevo un desvío para pillar a la izda otra caleya que me conduciría a la parte superior del pueblo.


Saldría a la parte superior del pueblo y en donde pillaría la pista que iba en dirección a la carretera general de subida al Angliru (señal del área recreativa de Víapará), tramo este que conocía por haber descendido en varias ocasiones desde las cotas altas de la sierra hasta la zona de La Vega.

A medida que iba ganando metros las vistas se abrían y me iban ofreciendo espectáculos como por ejplo este que sigue y en el que se muestran el pueblo de La Ara y el pueblo de Doña Juandi.


Un par de imágenes de la pista y en la que uno se puede hacer más o menos una idea de la pendiente que tenía la misma en su mayor parte del recorrido.




Primeras vistas del manto vegetal verde que cubría las laderas de la Sierra del Aramo y por el que se suponía tendría que caminar alguna hora después  en busca de las Minas de Rioseco.


Vistas hacia atrás durante mi ascensión.


Una de las pocas cabañas ganaderas que me aparecerían durante esta parte del recorrido de hoy.


Tras algo más de de una hora llegaría a un cruce de pistas, tomando entondes a la izda el sentido ascendente que me llevaría a las Campes de Utriel (837 m).


Zona de Las Campas de Utriel (837 m) y en donde tendría que pillar el desvío a la izda para continuar dirección a las Minas de Rioseco por Rozacaxil.




Espectacular vista del Monsacro.


El itinerario proseguía con su subida mientras la niebla seguía jugando con la Sierra del Aramo.


Llegaría a una especie de pequeña collada en la que tendría que seguir con el rumbo previsto (pto rojo), aunque sí que es verdad que lo que veía por delante no me gustaba mucho que digamos ya que estaba seguro que el tramo de pista moriría en cualquier momento para convertirse en un sendero tomado más o menos por la maleza, más frondosa esta que nunca dado todo lo que ha llovido durante estos meses (de hecho no me equivocaría…).


Cruzándome con los lugareños.


Por delante se suponía que me iba a encontrar con un terreno totalmente abonado para las garrapatas y demás bichos.


Pillando la continuación de la pista (pto rojo anterior) en esta pequeña collada.


Vista hacia atrás desde el punto anterior.


Vistas hacia el Este.


Comenzaría a caminar por la continuación de la pista, encontrándome con dos o tres tramos sumamente embarrados en todo lo ancho y en los que tuve que parar durante unos minutos para ver la mejor manera de posible de salvar dichos obstáculos.

Una vez salvados dichos obstáculos de barro y fango también me iba a encontrar con arboleda invadiendo toda la pista.


Tras superar este último obstáculo, la pista finalizaba a la entrada de una finca, la cual se encontraba casi invadida por la maleza.

Las señales sobre el itinerario a seguir me indicaban en este momento que tendría que ir dando un rodeo a dicha finca, así que internándome ahora por sendero, eso fue lo que haría.


Durante el siguiente tramo de unos 15 minutos tendría que ir salvando diferentes obstáculos sobre el terreno, en forma de ramas y arbustos espinosos, a la vez que tenía que ir atento de no perder el sendero ya que por momentos el mismo se difuminaba sobre el terreno invadido por las altas hierbas y helechos que cubrían las laderas del Aramo.

Llegaría entonces un momento en que el sendero me desaparecería por completo, así que viendo el tipo de terreno al que me iba a tener que enfrentar, el cual no me motivaba nada, decidí dar por concluida esta ruta en el itinerario de ida y dar la vuelta para volver sobre mis pasos a la pista que un cuarto de hora antes había dejado.

Vista desde el punto en el que me daría la vuelta del terreno que me hubiera tenido que enfrentar en caso de haber continuado.


Dado lo frondoso y la época del año, quizás no era esta fecha la más idónea para recorrer esta parte del Aramo, así que para otra vez será, seguramente para la temporada de finales del Invierno y cuando la nieve y el hielo haya hecho que el manto verde no esté tan crecido.

Daría entonces la vuelta y empezaría a caminar sobre mis pasos, no teniendo problemas para alcanzar la especie de “pequeña collada” de la ida.
Desde dicha collada ya sería todo un descenso muy cómodo por el tramo que había llevado en la ida, llegando al punto donde he comentado antes como “cruce de pistas” y en el que ahora tomaría el desvío a la izda para ir descendiendo hasta el coche por la zona de El Carbonín y de Ablaneo (este menda había subida por la drcha de la imagen).


El descenso ya era sobradamente conocido por este menda, así el resto de la ruta sería caminar por la pista hasta llegar a la zona de El Carbonín y en donde ya me encontraría el asfalto que no abandonaría hasta llegar al lugar en donde había dejado el coche.

Imágenes tomadas durante el descenso.






Completaría al final una ruta en este día de 13,18 Km en 03h:59:24 pero con la sorpresa “inesperada”, aunque no del todo, de la compañía que me llevaría a casa en forma de garrapatas, contando dos en la pierna izda que las quitaría con sumo cuidado de no hundirlas más todavía en la piel, aparte de la oportuna inspección ocular de todo el cuerpo.

Una vez en casa con una de mis "amigas" garrapatas.


A pesar de no llegar a realizar la ruta inicialmente planificada, no regresaría a casa con mal sabor de boca ya que viendo el paisaje verde que tenía por delante, lo mejor que pude hacer fue dar la vuelta, así que...

¡Habrá que intentar repetir la ruta en un futuro...!.



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