Encontré
hace unos días este texto en un grupo de corredores del Facebook que me gustó
bastante así que creo que merece un post dichas frases en el blog.
REFLEXIÓN DE UN CORREDOR LENTO
Muchas veces me he preguntado:
¿Qué es ser rápido?
El runner que corre un maratón en 3
horas sin duda es “más rápido” que aquel que lo hace en 4 y ya no se diga el
que lo hace en 5, pero para otro que hace los 42k en 2:30:00, el de 3 pasa a
ser también como yo, un corredor lento, incluso si se llegara a romper el
récord de maratón de Eliud kipchoge (2:01:39 Berlín 2018) pues también él
pasaría a ser: “Un lento corredor”
Por eso para mí el tiempo es muy
relativo, desde el día que me puse los tenis, supe que en esto de correr hay
muchos tipos de corredores:
Y de estos últimos, yo soy el campeón,
sí… porque he perdido todos mis miedos, he perdido muchas horas frente al
televisor, he perdido algunos kilos y sobre todo he perdido los fines de semana
extremadamente vacíos.
Me refiero a esos fines de semana donde
sólo te dedicas a “descansar” y a prepararte para recibir “alegremente” el
lunes, no digo que todo para mi es correr y centro mi felicidad en eso, pero si
ayuda a ver las cosas de distinta forma, conocer nuevas personas y lugares,
pero sobre todo ayuda a preguntarse una vez más, -¿Lo podré lograr de nuevo?- y
minutos más tarde lo vuelves a reafirmar: “Sí lo logré”
Aunque dentro de la comunidad existe una
especie de “hermandad”, antes de ser corredores, somos seres humanos que
pertenecemos a una sociedad, una donde muchas cosas están mal vistas, (aunque
no necesariamente lo sean) y en el running no es la excepción, sé de muchos
corredores “rápidos” que al vernos a los lentos, hasta con cierto grado de
desprecio dicen o piensan esto: ¿Cómo se atreve correr si hace tanto tiempo?
No sé tú, pero al menos yo, en lugar de
sentirme mal, me siento tan bien, porque sé que sigo perdiendo y dejando atrás
miles de cosas más. Me levanto al igual que los corredores “rápidos” alrededor
de las 5 de la mañana, en si el ritual de carrera es el mismo, mi mente tiene
dibujada cruzar la misma meta, la única diferencia es que soy un lento
corredor.
Los geles, ropa, tenis y hasta las fotos
me cuestan igual, los isotónicos los bebo del mismo envase, consumo la misma
barra y hasta la misma ensalada, incluso siento los mismos nervios y emoción
cada que tengo una nueva competición, y lo digo así porque sonará trillado,
“pero es una competencia contra mí mism@“, quizá ganarme a mí mismo con mi paso
pueda ser sencillo, pero cuando tuviste muchos años de sedentarismo, envuelto
en una profunda apatía, sabes que ganarle a ese personaje, es como haberle
ganado al más rápido élite.
Entre los lentos corredores hasta con
gracia nos decimos, “si no fuera por nosotros, no habría carreras para los
rápidos” porque también nosotros somos necesarios para un comité organizador,
si sólo se inscribieran los “rápidos” no obtendrían el aval vial o deportivo,
tampoco sería negocio, para que sólo uno pudiera llegar en primer lugar, tuvo
que haber miles de lentos atrás, y soy uno de ellos.
¡Pero claro! en esencia esto es una
competencia contra otros más, así que cuando tengo la oportunidad de vencer a
alguien antes del final, aprieto mi paso lento y lo logro dejar atrás y claro
que me causa felicidad.
Ya lo ves, ser un lento corredor no es
tan fácil, he visto actos heroicos de gente que cae a cada rato y se levanta
con Dios en su mirada, también he visto quien marca su celular para pedir que
lo recojan y es cuando doy profundas gracias, de que si bien eso también ha
pasado por mi mente, he sido más fuerte y he terminado, y lo he hecho con los
brazos en alto siendo un lento corredor.
“La medalla vale igual y también premia
mi esfuerzo, no mi velocidad”
Incluso un lento corredor puede llegar a
motivar mucho más a aquel que no corre, porque quizá los lentos le damos mucho
más sentido a la frase; “Querer es poder”
Así que prefiero ser un corredor lento
que inspire a alguien más, a ser una persona que nunca lo llegue a intentar.
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