(1ª Parte)… DE URDÓN A
LA ENTRADA DE TRESVISO.
Día: 21-05-2016.
Lugar: Urdón,
desfiladero de La Hermida
(Cantabria).
Longitud total de la
ruta: 11,6 Km (5,8 Km de subida).
Tiempo total de la
ruta: 04h45 (Ida 02h30 – Vuelta 02h15).
Desnivel: +825 m.
Comentario:
Hacía doce horas que
había llegado de la ruta anterior y ya me estaba imaginando a donde podía ir en
este sábado que amanecía con pronóstico de tormentas por la tarde, así que como
llevamos por el norte una temporada con el tiempo un tanto inestable, no quería
meterme una larga pateada y que me pillara la lluvia, por lo que pensando la zona
y sobre todo la ruta que realizaría en este día, se me ocurrió ir a realizar la
tradicional ruta de subida hasta el pueblo cántabro de Tresviso desde la
central de Urdón.
Tengo que reconocer que
sobre la decisión final del destino de la ruta del día, me ayudaría mucho en
tomar tal decisión, el ir saboreando mientras conducía el coche, el desayuno
que me tomaría en Unquera a base de mi cafetín con bayles (¡qué malo estuvo el
café de este día!) y con la tradicional corbata de chocolate, acompañada de
palmera de chocolate blanco).
Salí bastante tarde de
casa, así que tras el trayecto de más de 01h30 hasta Urdón (con parada incluida
a desayunar) y cuando me quise dar cuenta, estaba empezando a caminar a eso de
las 12h05 en un día que daban tormentas para por la tarde aunque el cielo en
esos momentos iniciales de la ruta todavía no parecía estar especialmente con
aspecto tormentoso todavía.
La ruta de este día es
una de las rutas clásicas de esta parte de la montaña cantábrica y transcurre
por el camino que se construyó a mediados del s. XIX para bajar el mineral
extraído en las minas de cinc cercanas a esta localidad cántabra de Tresviso,
localidad a la que solo se accede por carretera desde Asturias (cualquier día
nos la anexionamos a poco que se distraiga Revilla…).
La ruta está
perfectamente conservada y en la mayoría de sus tramos son espectaculares las
vistas de la subida o mejor dicho de la bajada que se tuvo que realizar en
aquellos tiempos del mineral de cinc.
Dadas las horas tan
tardías a la que llegué a Urdón (95 m), me encontré con que estaba todo el
aparcamiento abarrotado de coches, así que no me quedó más remedio que tirar
unos 100 m en dirección a Potes y en donde, por suerte, encontré el único lugar
para dejar el coche.
Tras acabar de
prepararme ya me encaminé hacia el comienzo de la ruta en la zona donde está
ubicada la Central Hidroeléctrica del río Urdón y en la que había un poste que
indicaba “Tresviso, tres horas…”.
Panel informativo de la
ruta del día.
Mapa del itinerario.
Pillé el sendero que se
adentraba en el cañón y a los cinco minutos de caminata ya me iba a encontrar
con el puente sobre el río Urdón, afluente del río importante de la zona, el
río Deva.
Vista desde este puente
del Río Urdón.
La ruta pasaba entonces
el otro margen del río para coger un ancho sendero que me iba a llevar a cruzar
otros dos puentes, en este caso de piedra.
El cielo presentaba un
aspecto un tanto inquietante pero observándolo parecía que todavía había que
esperar unas horas a que cayera el aguacero que habían anunciado los medios de
comunicación, así que con esas seguí avanzando en busca de las primeras rampas
de la subida hasta Tresviso que me iban a recibir nada más cruzar el segundo
puente de piedra.
El Río Urdón a su paso
por este puente.
Al poco del comienzo de
la subida ya iban aparecer las primeras curvas de herradura en el sendero que
ahora había pasado a ser el típico sendero pedregoso que se dejaba caminar a
paso lento pero firme.
Pero antes de seguir
ascendiendo, imagen con el itinerario de subida del día (foto sacada de http://montejuan.blogspot.com.es/2014/04/urdon-tresviso.html).
Después de estas
primeras revueltas el sendero iba a llanear algún centenar de metros, pasando
entonces por un tramo en el que había algo de arboleda.
Tras este tramo llano
iba a afrontar las primeras rampas de la Canal de la Cerrosa y que se dejaban
notar claramente en las piernas, debido sobre todo a la pendiente y a las
piedras en el itinerario que a cada paso iban aumentando en número.
A paso lento pero
seguro y parando cada poco a sacar fotos, fui superando esta canal y con vistas
cada poco al estado del cielo.
Por la parte superior
de la canal y observando todo este tramo que se había hecho de subida.
Iba entonces a alcanzar
una portilla en la que me iba aparecer al fondo uno de los picos “llamativos”
de la zona, el Pico Cuetodave (836 m), un pico aparentemente inexpugnable pero
que en realidad no ofrece demasiados problemas para ser conquistado y sino que
me lo digan a mí.
Enlace con la subida
realizada por este menda a dicho Pico Cuetodave (836 m) en Marzo del 2011.
Desde esta zona de la
portilla, pude apreciar la subida clara que había realizado a través de las
curvas de herradura.
Y una imagen algo más
cercana de este Pico Cuetodave (836 m).
Pero las revueltas iban
a seguir apareciendo en el itinerario de subida.
A punto de finalizar
este tramo de subida y de cambiar el sentido de la marcha.
Desde la curva que me
obligaba a cambiar la dirección de la marcha, iba a descubrir el primer tramo
de la pista por la que había transitado al inicio de la ruta y que quedaba
varios centenares de metros por debajo de donde estaba situado el menda.
A los pocos minutos ya
iba a salir a terreno más abierto y viendo por delante toda la ladera trazada
con el itinerario de la subida,
¡Impresiona, aunque se conozca, ver la trazada de
la pista minera cada vez que se sube a Tresviso y no digo desde la parte
superior…!.
Vista hacia atrás y la
zona del Cuetodave (836 m) alejándose.
Fui poco a poco subiendo
a mi ritmo y parándome cada poco a sacar fotos y aun así la pista me iba
llevando a ganar metros rápidamente y a observar todo el itinerario que
momentos antes había realizado y antes de llegar a la zona conocida como “El
Balcón de Pilatos”.
Las vistas hacia el
cielo no me albergaban muchas esperanzas de que el tiempo fuera aguantar, así
que “con esas” seguía ascendiendo hasta dicha zona del balcón.
Llegaría entonces a
esta zona y aquí era inevitable tirar la típica foto de toda esta parte de la
subida.
Imagen similar a la de
antes con la subida y el Cuetodave (836) detrás.
El tramo de subida más
fuerte iba a finalizar, encontrándome entonces con un tramo prácticamente llano
que me llevaba en dirección a la fuente y los invernales de Pridas, invernales
en ruinas y situados ya muy cerca de Tresviso.
Pero después de este
corto tramo llano todavía me quedaba la última subida del día por la pequeña
ladera de vegetación que veía enfrente.
Construcción en los
Invernales de Pridas.
Tras subir por la
cuesta anterior, la pendiente ya disminuía para aproximarme suavemente a la
zona vallada de la mesa de madera y al lado, el panel indicativo de la ruta que
acababa de realizar.
Ahora tocaba poner
rumbo a Tresviso para refrigerarme algo y con las vistas que seguían puestas
hacia el cielo, pero esto mejor para la segunda parte….
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