lunes, 23 de mayo de 2016

RUTA POR LA SIERRA DE CARANGA.



Día: 20-05-2016.

Lugar: Villamejín (Proaza).

Longitud: 11,64 Km.

Tiempo: 03h53

Desnivel: + 650 m aprox.

Comentario:
Iba a realizar en este día soleado una escapada express hacia una sierra que desde el 2008 no visitaba, la Sierra de Caranga, así que tras salir del trabajo me aproximé a la zona de Proaza, en concreto al pueblo de Villamejín y en donde aparcaría en torno a las 15h45 al lado mismo de la Capilla de S. Antonio, situada a las afueras del mismo en dirección a Serandi ya que en el mismo pueblo apenas había lugares para dejar el coche.

Desde esta zona de la iglesia ya asomaban las zonas cumbreras y abruptas de esta pequeña sierra situada entre los concejos de Proaza y Quirós.


Aproximándome ya en ruta hacia este pueblo de Villamejín, situado a unos 380 m de altitud y con una población aproximada de casi 100 habitantes.


Como dato curioso señalar que su nombre proviene de otro, Brañamejín, pueblo situado cerca de la collada de Aciera y que fue abandonado en la edad media por un brote de lepra, por lo que llevó a situar el nuevo pueblo en el lugar actual para pasar a llamarlo con el nombre actual Villamejín.

Pueblo con su palacete.


Alguna cuadra por el pueblo en esos primeros pasos.


La Casa de Garcia Argüelles” con su capilla y hórreo.


Imagen de la casa anterior y en la que se puede apreciar que el pueblo como que llano precisamente no es.


Aunque había estado por dicho pueblo en el 2008, no me acordaba exactamente del punto de inicio de la pista que me iba a llevar hasta la Collada de Aciera, así que lo que hice fue preguntar a un paisano por el mejor itinerario para salir de entre las múltiples caleyas del pueblo y que me llevara hasta dicha collada.

Vista de la Sierra de Caranga tras dejar atrás la última casa del pueblo.


Nada más salir del pueblo me encontraría con un cruce en el que me desviaría por una pista que salía del mismo a la izda.

No estaba todo seguro que hubiera tomado el rumbo correcto hacia la Collada Aciera y enseguida pude comprobarlo al cabo de unos diez minutos de caminar por esta segunda pista ya que la pista moría a la entrada de una cuadra por lo que tuve que retroceder otros tantos minutos hasta volver al cruce que había dejado momentos antes.

Por lo menos esta equivocación me serviría para descubrir otra zona de cabañas y cuadras del pueblo.


De nuevo en el cruce y ahora la vista se centraba en el Valle de Trubia con el pueblo de Proaza, cabecera del concejo del mismo nombre.


Continué entonces por la pista principal y enseguida descubrí a lo lejos el depósito de aguas que el paisano me había mencionado en el momento de señalarme el itinerario y la pista hormigonada que tendría que tomar por encima de dicho depósito.


La pista me llevaba a transitar por numerosas cuadras y cabañas de la zona, como esta de la imagen.


Y a la vez que caminaba iba dejando atrás los diferentes habitantes de la zona que tranquilamente observaban como me iba alejando.





Como se puede ver en la siguiente imagen, la pista por muchos momentos tenía una buenísima pendiente para fortalecer las piernas, hecho “que agradecía” de cara a mi preparación para futuras carreras.


En todo momento y hacia mi drcha iba observando la collada segunda a la que quería llegar y que separa la zona del Pico la Hoya  (1.193 m, izda) y la zona del Pico La Forcada (1.108 m, drcha).


Tras 01h15 iba a la primera collada del día, La Collada Aciera  (660 m), collada que separa los concejos de Quirós y Proaza.

Iba a tomar entonces una pista que ligeramente faldeaba en ascenso en busca de la canal herbosa que momentos después tendría que afrontar en fuerte ascenso.

¡En busca de dicha canal…!.


Abandonaría entonces esta pista que me había traído hasta aquí, para empezar a subir directamente en busca de un sendero que sabía que existía y que había tomado años antes.

Tras un buen tramo de subida por fuerte pendiente, daría con el mencionado sendero, así que ahora ya era solo cuestión de seguirlo para que me llevara él solo hacia la collada de La Forcada.


Vista hacia abajo de la canal con el itinerario que había llevado para alcanzar este sendero.


Alcanzaría entonces con una buena sudada, dado el calor que hacía, la Collada de La Forcada (1.020 m) y con vistas ya hacia la máxima altura de la sierra, el Pico La Hoya (1.193 m – pto rojo).


No sabía muy bien si tirar en esos momentos hacia la máxima elevación del terreno o hasta el cercano Pico de La Forcada (1.108 m), así que lo que hice fue tirar (no muy convencido) en dirección al Pico la Hoya y ver si podía llegar hasta dicho pico.

En mi camino de aproximación iba viendo hacia el Oeste las caídas de la sierra hacia la carretera de Teverga y del desfiladero de Peñas Juntas.


Llegué a una zona que ya era conocida por mí de la anterior visita que había realizado, zona en la que había tenido que destrepar aquel año tras alcanzar este pico del Cueto Mar.


Trepé unos momentos por un terreno que no era complicado, pero la verdad tampoco tenía yo mucho humor de seguir con el itinerario que tampoco me hubiera llevado más complicaciones que el seguir avanzando con la debida precaución, así que tomé la decisión de “pasar” de alcanzar la cumbre más alta de la sierra y poco a poco y mientras el tiempo iba empeorando por momentos fui retrocediendo sobre mis pasos hasta alcanzar de nuevo la collada anterior y con vistas en todo momento al Pico La Forcada (1.108 m).


Vistas de nuevo desde la collada, esta vez de toda parte de la Sierra del Aramo y con el valle por el que tendría que descender.


Tranquilamente fui realizando el descenso por terreno bastante cómodo para perder metros hasta alcanzar la pista que me sacaría de nuevo a la Collada Aciera (660 m).

Desde la Collada de Aciera, un último vistazo a la Sierra de Caranga y observando algún que otro posible itinerario a realizar que me llevará algún día de nuevo al vértice geodésico que preside la sierra.


El resto de la ruta poco que contar, así que a paso ligero fui perdiendo metros por la pista hormigonada que me llevaría de nuevo al pueblo, realizando el descenso en poco más de 1h desde la collada más alta de la ruta de este día.

Al final, ruta que no pasará a mi historia particular pero que me sirvió para empezar el buen fin de semana montañero que llevaría a cabo en esta semana de Mayo.

Pero esto no acababa aquí y tras llegar al coche, pondría rumbo a Proaza para finalizar la ruta con una de las mejoras cosas que se puede hacer tras una tarde o un día de montaña, la tradicional cerveza desde una terraza y con vistas a la zona por la que uno ha estado algunas horas antes.



¡Y esto fue todo por esta tarde...!.

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