Día: 20-05-2016.
Lugar: Villamejín
(Proaza).
Longitud: 11,64 Km .
Tiempo: 03h53
Desnivel: + 650 m aprox.
Comentario:
Iba a realizar en este
día soleado una escapada express hacia una sierra que desde el 2008 no
visitaba, la Sierra
de Caranga, así que tras salir del trabajo me aproximé a la zona de Proaza, en
concreto al pueblo de Villamejín y en donde aparcaría en torno a las 15h45 al
lado mismo de la Capilla
de S. Antonio, situada a las afueras del mismo en dirección a Serandi ya que en
el mismo pueblo apenas había lugares para dejar el coche.
Desde esta zona de la
iglesia ya asomaban las zonas cumbreras y abruptas de esta pequeña sierra
situada entre los concejos de Proaza y Quirós.
Aproximándome ya en
ruta hacia este pueblo de Villamejín, situado a unos 380
m de altitud y con una población
aproximada de casi 100 habitantes.
Como dato curioso
señalar que su nombre proviene de otro, Brañamejín, pueblo situado cerca de la
collada de Aciera y que fue abandonado en la edad media por un brote de lepra,
por lo que llevó a situar el nuevo pueblo en el lugar actual para pasar a
llamarlo con el nombre actual Villamejín.
Pueblo con su palacete.
Alguna cuadra por el
pueblo en esos primeros pasos.
“La Casa de Garcia Argüelles”
con su capilla y hórreo.
Imagen de la casa
anterior y en la que se puede apreciar que el pueblo como que llano
precisamente no es.
Aunque había estado por
dicho pueblo en el 2008, no me acordaba exactamente del punto de inicio de la
pista que me iba a llevar hasta la Collada de Aciera ,
así que lo que hice fue preguntar a un paisano por el mejor itinerario para
salir de entre las múltiples caleyas del pueblo y que me llevara hasta dicha
collada.
Vista de la Sierra de Caranga tras
dejar atrás la última casa del pueblo.
Nada más salir del
pueblo me encontraría con un cruce en el que me desviaría por una pista que
salía del mismo a la izda.
No estaba todo seguro
que hubiera tomado el rumbo correcto hacia la Collada
Aciera y enseguida pude comprobarlo al cabo de unos diez minutos
de caminar por esta segunda pista ya que la pista moría a la entrada de una
cuadra por lo que tuve que retroceder otros tantos minutos hasta volver al
cruce que había dejado momentos antes.
Por lo menos esta
equivocación me serviría para descubrir otra zona de cabañas y cuadras del pueblo.
De nuevo en el cruce y
ahora la vista se centraba en el Valle de Trubia con el pueblo de Proaza,
cabecera del concejo del mismo nombre.
Continué entonces por
la pista principal y enseguida descubrí a lo lejos el depósito de aguas que el
paisano me había mencionado en el momento de señalarme el itinerario y la pista
hormigonada que tendría que tomar por encima de dicho depósito.
La pista me llevaba a
transitar por numerosas cuadras y cabañas de la zona, como esta de la imagen.
Y a la vez que caminaba
iba dejando atrás los diferentes habitantes de la zona que tranquilamente
observaban como me iba alejando.
Como se puede ver en la
siguiente imagen, la pista por muchos momentos tenía una buenísima pendiente
para fortalecer las piernas, hecho “que agradecía” de cara a mi preparación
para futuras carreras.
En todo momento y hacia
mi drcha iba observando la collada segunda a la que quería llegar y que separa
la zona del Pico la Hoya (1.193 m , izda) y la zona del Pico La Forcada (1.108 m , drcha).
Tras 01h15 iba a la
primera collada del día, La
Collada Aciera (660
m ), collada que separa los concejos de
Quirós y Proaza.
Iba a tomar entonces
una pista que ligeramente faldeaba en ascenso en busca de la canal herbosa que
momentos después tendría que afrontar en fuerte ascenso.
¡En busca de dicha
canal…!.
Abandonaría entonces
esta pista que me había traído hasta aquí, para empezar a subir directamente en
busca de un sendero que sabía que existía y que había tomado años antes.
Tras un buen tramo de
subida por fuerte pendiente, daría con el mencionado sendero, así que ahora ya
era solo cuestión de seguirlo para que me llevara él solo hacia la collada de La Forcada.
Vista hacia abajo de la
canal con el itinerario que había llevado para alcanzar este sendero.
Alcanzaría entonces con
una buena sudada, dado el calor que hacía, la Collada de La Forcada (1.020 m ) y con vistas ya
hacia la máxima altura de la sierra, el Pico La Hoya (1.193 m – pto rojo).
No sabía muy bien si
tirar en esos momentos hacia la máxima elevación del terreno o hasta el cercano
Pico de La Forcada
(1.108 m ), así
que lo que hice fue tirar (no muy convencido) en dirección al Pico la Hoya y ver
si podía llegar hasta dicho pico.
En mi camino de
aproximación iba viendo hacia el Oeste las caídas de la sierra hacia la
carretera de Teverga y del desfiladero de Peñas Juntas.
Llegué a una zona que
ya era conocida por mí de la anterior visita que había realizado, zona en la
que había tenido que destrepar aquel año tras alcanzar este pico del Cueto Mar.
Trepé unos momentos por
un terreno que no era complicado, pero la verdad tampoco tenía yo mucho humor
de seguir con el itinerario que tampoco me hubiera llevado más complicaciones
que el seguir avanzando con la debida precaución, así que tomé la decisión de
“pasar” de alcanzar la cumbre más alta de la sierra y poco a poco y mientras el
tiempo iba empeorando por momentos fui retrocediendo sobre mis pasos hasta
alcanzar de nuevo la collada anterior y con vistas en todo momento al Pico La Forcada (1.108 m ).
Vistas de nuevo desde
la collada, esta vez de toda parte de la Sierra del Aramo y con el valle por el que
tendría que descender.
Tranquilamente fui
realizando el descenso por terreno bastante cómodo para perder metros hasta
alcanzar la pista que me sacaría de nuevo a la
Collada Aciera (660 m ).
Desde la Collada de Aciera, un
último vistazo a la Sierra
de Caranga y observando algún que otro posible itinerario a realizar que me
llevará algún día de nuevo al vértice geodésico que preside la sierra.
El resto de la ruta
poco que contar, así que a paso ligero fui perdiendo metros por la pista
hormigonada que me llevaría de nuevo al pueblo, realizando el descenso en
poco más de 1h desde la collada más alta de la ruta de este día.
Al final, ruta que no
pasará a mi historia particular pero que me sirvió para empezar el buen fin de
semana montañero que llevaría a cabo en esta semana de Mayo.
Pero esto no acababa
aquí y tras llegar al coche, pondría rumbo a Proaza para finalizar la ruta con
una de las mejoras cosas que se puede hacer tras una tarde o un día de montaña,
la tradicional cerveza desde una terraza y con vistas a la zona por la que uno
ha estado algunas horas antes.
¡Y esto fue todo por esta tarde...!.
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