Fecha: 23-09-2018.
Lugar: Valladolid.
Comentario:
Llegaba el segundo día
de mi estancia en Valladolid y por la mañana iba a participar en la 30ª Edición
de la Media Maratón de la ciudad, así que como he reflejado en el post anterior lo
acontecido en esta carrera, pongo el enlace del post dedicado a dicha carrera.
Después de la carrera y
sin descansar nada, me iba a ir a la zona del casco antiguo de la ciudad para
ver si podía meter algo en el cuerpo ya que la verdad tenía hambre después de
un par de horas que me había llevado la carrera de la mañana.
Cruzando de nuevo El
Pisuerga por séptima vez en este día
para, en este caso, ir a intentar comer algo.
Tras intentar y no
poder comer en un local al que daban buenas críticas, llamado “El Consejero del
Rey” por encontrarse este lleno, tuve que deambular tan solo un cuarto de hora, ya que eran algo más de las 15h, para intentar comer algo, así que buscando,
buscando, pasaría por una terraza en la cual había bastante gente de la ciudad comiendo y tomando algo,
así que animado “en parte” por dicho ambiente, entraría en este local que recibía
el nombre de “Restaurante Taberna Pradera” para pedir algo de comer, en este
caso un Entrecot con patatas y del cual no pongo foto alguna para no tener un
buen recuerdo del mismo ya que el local, bajo mi experiencia de este día, no repetiría mi visita al mismo "ni en pintura".
Enlace de dicho
restaurante…
Tras la comida y como
no me notaba muy cansado después de los 21 Km que había corrido por la mañana,
me daría por irme a dar una vuelta por la zona del casco antiguo y por los
alrededores de la guapa Plaza Mayor que tiene la ciudad, permitiéndome entonces
descubrir los dos locales más importantes de la ciudad en cuanto al tema de
pinchos se refiere, así que en esos momentos ya iba a decidir “sobre la marcha”
en qué local me iba a dejar caer unas horas después para cenar.
Vídeo de dicha Plaza
Mayor.
Imagen del Ayuntamiento
de la ciudad, situado en dicha plaza.
La iglesia del
Monasterio de San Benito El Real.
Cruzando el Pisuerga.
Regresaría entonces al
hotel a descansar algo y ya cerca de las 20h, dejaría la habitación
para acercarme al “Restaurante Jero”, local en el que para muchos
vallisoletanos ofrecen los mejores pinchos de la ciudad.
Enlace del local…
Un par de imágenes del
interior del local.
Cenaría como es
natural, a base de pinchos, zampándome seis de ellos que me escogieron los
camareros de la barra y la verdad, tengo que decir, que acertaron de pleno con
su elección.
Local este, totalmente
recomendable para una nueva visita a la ciudad, aunque hay que decir que me
encontraría durante este día unos cuantos más que tenían tan buena pinta como
este en el que me había dejado caer para la hora de la cena.
Tras la cena, que me
prestaría como pocas, regresaría al hotel ya con el objetivo de descansar ya
que el día siguiente tenía previsto tomar el itinerario hasta Segovia para reunirme
allí con Adela y pasar unos días en la ciudad, pero todo lo que aconteció en
dicha ciudad, ya es para los siguientes post…
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