(1ª Parte)… INTENTO DE
SUBIDA AL PRAO CORTÉS Y VUELTA A LA PISTA.
Día: 05-06-2016.
Lugar: Sotres
(Asturias) / Aliva (Cantabria).
Desnivel: +1.100m.
Longitud: 22,20 Km.
Tiempo: 06h23:15.
Comentario:
Tras estar todo sábado
en casa obligado por las inclemencias climatológicas en toda la zona de la
Cordillera Cantábrica, amanecía este Domingo con el cielo presentando un
aspecto similar al del día anterior pero con un pronóstico más positivo en
cuantos al tiempo, así que decidí tirar para la zona de Cabrales,
concretamente hacia Sotres y con la esperanza de que a medida que ganara
altura, pudiera a su vez salir de la inoportuna niebla, así que este post es el
resumen de este día y en el que de nuevo me veo obligado para no alargarlo
mucho en un solo capítulo a ponerlo en varias partes.
Como el tiempo está
esta temporada bastante inestable en cuanto a nubosidad y tormentas, decidí
tirar para Sotres y realizar una ruta hasta que entrara la tarde (se suponía
que empeoraría el tiempo), intentando subir uno de los pocos picos que me quedan
en el Macizo Oriental de los Picos de Europa, el Prao Cortés (2.283 m), hermano
menor del Pico Cortés (2.371 m), pico que ya tengo el gusto de conocer.
Sabía que no era este el
día más idóneo para conquistar su cima ya que el día (climatológicamente
hablando) no era muy de fiar, pero las ganas me podían más y me dije en casa
que…¿Por qué no intentarlo ya que si lo veo mal tengo la pista de Aliva como
segura escapatoria…? (y menos mal que a media subida renuncié a subirlo, sobre
todo por motivos de intendencia y por no sentirme del todo fino a nivel de
fuerzas en este domingo…).
A las 08h ya estaba
poniendo rumbo a Sotres y tras la parada “obligatoria” para desayunar en Arenas
de Cabrales, ya estaba aparcando el coche el coche a eso de las 10h en la
primera curva de la pista de tierra y piedras que parte de Sotres y se adentra
hacia Aliva.
Pista muy transitada
por este menda y zona muy conocida también, así que la motivación de esta ruta
era básicamente subir el pico y en caso contrario, seguro que algo se me iba a
ocurrir para alargar la ruta, dependiendo claro está de cómo estuviera el cielo
en esos momentos.
A las 10h 15 empezaría
a caminar por la pista en dirección a Espinama, pasando a los pocos metros al
lado de las cabañas y cuadras que conforman los Invernales del Texu (915 m de
altitud).
La niebla estaba
todavía por encima, así que parecía que todavía iba a tener que esperar un buen
rato para adentrarme en ella, aunque sabía que tampoco tenía mucho espesor por
lo que había visto en casa a través de la Webcam del Urriellu ya que desde
dicha cámara, la zona alta de Peña Maín estaba completamente despejada.
Lo peor del comienzo de
la ruta era lo tardío de la hora en la que había dejado el coche, hecho que no
me gusta nada cuando se trata de rutas “un poquitín largas” y sobre todo si son
de subidas con desnivel a ganar ya importante, así que sabiendo que tenía
muchas papeletas para no conocer el pico en este día, fui caminando tranquilamente,
viendo en todo momento a mi drcha el Río Duje en su tránsito, que en esta parte
es más bien un riachuelo como se ve en la imagen.
“El riachuelo” del Duje
y al fondo las cabañas de las Vegas del Toro.
Hasta esta zona de las
cabañas hubiera podido subir el coche por lo que me hubiera ahorrado algo más
de 30 minutos de ruta inicial, pero la verdad no me atreví y decidí ir
calentando hasta las primeras rampas importantes de la pista de Aliva, situada
después de estas cabañas.
Vegas del Toro.
La niebla que parecía
estar situada casi encima mismo de dicha vega, resulta que se había disipado y
a lo lejos aparecía otro banco de niebla por delante de la zona del Pico Cortés
(2.371 m).
Vista atrás hacia las
Vegas del Toro.
Nada más pasar este
grupo de cabañas y a la drcha ya me iba aparecer (inundada en su primera parte
por la niebla) la parte de la Canal del Fresnedal, canal que da lugar a la
ascensión a Peña Castil (2.444 m) y también a visitar su famosa Cueva de Hielo.
Y pasado este desvío a
la canal anterior, ya aparecía también a mi drcha, otro de los picos que me
volvería a gustar visitar este año, El Escamellau (2.011 m), excelente mirador
de toda la zona de las altas cumbres del Macizo Oriental de Picos.
Pocos minutos después
parecía que la niebla había desaparecido por detrás del Cortés, así que para
allá me dirigía.
Vista del riachuelo en
el momento de cruzar un puente situado tras las primeras rampas con importante
desnivel de la pista de Aliva.
A lo lejos iban
caminando por la pista un rebaño de ovejas y aunque había todavía niebla por lo
menos ya notaba la presencia del sol ya que la temperatura era bastante buena
para caminar.
Según iba caminando y a
mi izda ya iba apareciendo toda la zona de la Morra de Lechugales (2.441 m),
máxima altura del Macizo Oriental de los Picos de Europa.
¡Algunas qué bien
viven…!.
Las ovejas iban pasito
a pasito por el lado drcho de la calzada y en busca del “paso canadiense” que
marca el límite de Asturias y Cantabria.
¡Cómo se nota que saben
y traspasan dicho límite por debajo de la alambrada…!.
De allá lejos vengo.
Las laderas de las
montañas de esta parte de Picos están tomadas por la hierba y viéndolas apetece
más poner la toalla y sentarse a tomar el sol que a seguir en ruta, sino que se
lo digan a las que participan en las dos fotos siguientes.
Tras pasar el límite,
me iba aparecer una de las vistas estrella de este día, toda la morrena que
está tomada actualmente por la alfombra verde y que hace ya miles de años
estaba ocupada en todo su curso por una lengua glaciar y que forma parte
actualmente del Valle del Duje.
Unos minutos después ya
me iría desviando hacia la izda o lo que es lo mismo a la ladera del objetivo
del día, así que poco a poco fui ganando metros con tremenda rapidez y no
precisamente por lo rápido que yo iba sino más bien por la tremenda pendiente
de la ladera, mientras iba viendo hacia atrás el sector de Peña Vieja (2.613
m) y Peña Olvidada (2.406 m), con
abundantes neveros para la época en la que ya estamos.
También hacia atrás, el
Cordal de Juan de la Cuadra.
Las vistas a medida que
iba ganando altura era cada vez más espectaculares con la pista de subida hacia
el Hotel de Aliva, claramente definida.
Zona de Peña Vieja
(2.613 m).
Iba con pocas ganas
debido a la hora tardía con la que había comenzado el ascenso, unido a que
había descubierto que no tenía nada de comida ya que se me había olvidado
meterla en la mochila que llevaba.
También pesaba en
contra para seguir todo para arriba, el ver que el cielo parecía estar
lentamente empeorando y por último el notar que no iba del todo fino con el
tema de fuerzas, así que llegó un momento en el que pensé en no continuar ascendiendo directamente y
me fijé entonces un objetivo (pto rojo) por encima de una zona conocida como la
Mesa Cimera.
Un par de imágenes con
dicha zona a lo lejos.
Y la Peña Vieja siempre
atenta a mis movimientos (2.613 m).
Con tranquilidad iba
ganando altura y viendo abajo la pista que iba por mitad de la loma y dividiendo
por una parte, lo que antiguamente había sido la morrena glaciar y por otra,
las verdes praderías donde pastaba abundante ganado.
Llegué entonces a un
punto de la subida en el que decidí renunciar ya por completo a continuar con
la excursión ya que calculaba que todavía para llegar a la cima me debía quedar
hora y media y seguramente el buen tiempo iba a dejar paso a la nubosidad que
habían pronosticado por la tarde ya que el tiempo parecía que poco a poco tenía
una tendencia a ir empeorando.
Comencé entonces a
descender por terreno cómodo y directo a la zona de los verdes pastos de Aliva.
Ya muy cerca del final,
vista hacia atrás de la zona por la que había estado subiendo.
Ya al final de la
bajada en la alfombra verde de los pastos de Aliva.
Viendo a la zona (pto
rojo) a la que había llegado en mi subida.
La ruta continuaba y
ahora mi objetivo era el Hotel de Aliva, así que tuve que recuperar unos 20-30
metros de desnivel hasta pillar la pista de nuevo.
Ya por la pista iba
viendo la morrena, otro posible destino para después de mi visita al hotel (1
hora después bajaría por dicho valle metido entre la niebla…).
Vista hacia la zona
cumbrera a la que me hubiera gustado llegar, así que queda pendiente para
futuras visitas a la zona.
Con zoom, vista (en el
centro de la imagen) de la canal pedregosa y del Pico Prao Cortés (2.283 m) a su drcha y que como he
dicho anteriormente, cumbre que renunciaría al final subir para irme hacia el
bar del hotel a tomarme una cerveza.
Mejores vistas en mi
aproximación al hotel, de la zona de las Minas de las Mánforas.
Poco después del lugar
donde saqué la foto anterior me encontraría con un grupo de animales con los
cuales paré un buen rato para sacarles algunas fotos, pero sobre todo a una
pareja de ellos que parecían querer pasar algo desapercibidos en el grupo, pero
eso ya es para el siguiente post.
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