Día: 03-06-2016.
Comentario:
En este día iba a tener lugar el fallecimiento de unos de los
grandes deportistas del siglo XX y por el que siempre había sentido admiración,
no solo por su faceta deportiva sino por tratarse de unos de los grandes
defensores de la marginación que durante muchos años había sufrido la raza
negra en EEUU como también por estar en contra de la Guerra de Vietnam, así que este post es un poco homenaje a dicha figura.
Enlace
biografía…
Muhammad
Ali o Mohamed Ali, nacido Cassius Marcellus Clay, Jr. (Louisville, Kentucky, 17 de enero de 1942-Scottsdale,Arizona, 3 de junio de 2016 ) fue un boxeador estadounidense,
considerado el mejor de todos los tiempos, o uno de los más destacados.
Fue una
figura social de enorme influencia en su generación, en la política y en las
luchas sociales o humanitarias a favor de los afroamericanos y del islam.
En su
etapa amateur, logró la
medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y, como profesional, ganó el título decampeón
indiscutido de la
categoría de los pesos pesados en 1964 a la edad de veintidós años,
el cual recobraría diez años después.
En 1978, consiguió otro cetro de campeón,
lo que le convirtió en el primer boxeador en ostentar en tres ocasiones un
título mundial en dicha categoría.
Se
caracterizó por su estilo de boxeo alejado de la técnica tradicional, aunque
era un conocedor del deporte y de sus contrincantes.
Fue dirigido la mayor parte de su
carrera por el entrenador Angelo Dundee,
y sostuvo memorables combates contra los más renombrados pugilistas de su
tiempo, como Sonny Liston, Joe Frazier, George Foreman y Ken Norton.
Seis de sus peleas han sido consideradas como las mejores del año por la revista The Ring.
Vertía tanto opiniones claramente
irreverentes sobre sus oponentes, como acertados pronósticos de sus contiendas.
Fuera
del cuadrilátero, Muhammad Ali se erigió como
una figura con influencia social desde los años 1960 cuando se opuso a su reclutamiento por
parte de las fuerzas armadas de su país durante la Guerra de
Vietnam.
Se declaró objetor de conciencia, pese al rechazo de los
defensores del nacionalismo estadounidense.4
Formó parte de la organización
religiosa de la Nación del Islamy, aunque se ganó detractores
por su conducta independiente de los estereotipos sobre los afroamericanos, a
partir de los años 1970 consiguió el respeto como figura
deportiva de renombre mundial, en especial tras su pelea contra George Foreman.
En el ocaso de su carrera, empezó a
dar muestras de desgaste físico; después de su retiro padeció la enfermedad de Parkinson.
Entre
numerosos reconocimientos recibió la Medalla Presidencial de la Libertad;
el ingreso al Salón Internacional de la Fama del
Boxeo; el título de «Rey del Boxeo» por parte del Consejo Mundial de Boxeo; y «Deportista
del Siglo XX» por Sports Illustrated y la BBC, entre otros.
Algunas entrevistas…
La noticia de su
fallecimiento en algún medio de comunicación…
Muhammad Ali, uno de los
mayores deportistas del siglo XX, un hombre que se
inventó varias veces a sí mismo y reflejó los traumas y conflictos de los
Estados Unidos de su época, murió este viernes en un hospital en Phoenix
(Arizona) a los 74 años tras ser
ingresado esta semana. El boxeador llevaba 32 años batallando
contra la enfermedad de Parkinson,
un desorden del sistema nervioso que afecta al movimiento.
Con Ali desaparece más que un miembro del panteón de los deportes
norteamericano, tres veces campeón mundial de los pesos pesados y oro olímpico
a los 18 años: desaparece un
icono de este país, una de estas figuras que sirve para
explicar qué significa ser estadounidense, un hombre controvertido cuya
trayectoria, desde los desgarros sociales de los años sesenta a la llegada de
un afroamericano a la Casa Blanca en 2009, define la historia reciente de EE UU.
Muhammad Ali (o Mohamed Ali) no era estrictamente un
político, ni un activista, pero su influencia fuera del cuadrilátero desborda
la de cualquier otro deportista de su tiempo. El impacto de sus gestos —su
conversión al Islam, su rechazo a luchar en Vietnam— es comparable al de los
discursos de Martin Luther King, o las manifestaciones masivas contra la
guerra. Ali es un espejo, incómodo muchas veces, pero afinado, de los Estados
Unidos de su tiempo.
Pese a el declive de su salud, hasta el final no dejó de
intervenir en el debate público. En diciembre, después de que el candidato
republicano a la Casa Blanca Donald Trump anunciara
su plan para vetar la entrada a Estados Unidos de musulmanes, Ali dijo:
“Nosotros, como musulmanes, debemos enfrentarnos a quienes quieren usar el
islam para imponer su agenda personal”.
“Muhammad Ali fue El Más Grande. Y punto”, dijo el
presidente Barack Obama en un comunicado. Obama guarda unos guantes del
boxeador en su estudio privado, junto al despacho oval de la Casa Blanca.
“Muhammad Ali sacudió el mundo. Y gracias a esto el mundo es mejor. Todos somos
mejores”.
Un portavoz de la familia explicó que Ali murió a las 21.10,
hora local, por un choque séptico provocado por causas naturales no
especificadas. El funeral será el viernes 10 de junio en su ciudad natal,
Louisville (Kentucky). En la ceremonia está previsto que hablen el expresidente
Bill Clinton, el actor Billy Cristal y el periodista Bryant Gumbel.
Ali, nacido con el nombre de Cassius Clay en
1942, fue un negro golpeado por las humillaciones cotidianas de la segregación,
criado en un mundo en el que los miembros de su raza debían mantener la cabeza
baja, obedecer y evitar los conflictos. Él proclamó su identidad con orgullo.
Fue un deportista locuaz que exhibía su ego sin modestia: “¡Soy el más grande!
Soy el rey del mundo”. Un activista más cercano al estilo desafiante de Malcolm X que
al ecumenismo de Martin Luther King en la defensa de los derechos civiles. Un
héroe deportivo que se convirtió a una religión extraña para la mayoría de sus
conciudadanos. Influido por las enseñanzas del grupúsculo Nación del Islam,
adoptó el nombre de Muhammad Ali y él mismo, descendiente de esclavos, eligió
su propio nombre y religión. "No quiero ser lo que vosotros queréis que
sea”, decía.
Su oposición a la guerra del Vietnam no fue sólo retórica:
rechazó el reclutamiento obligatorio y fue sentenciado a cinco años de prisión.
Eludió la cárcel pero perdió el derecho a boxear. “El vietcong [los
vietnamitas que luchaban contra Estados Unidos en la guerra] no me llama nigger”,
dijo. Nigger es la palabra más peyorativa usada
para designar a los estadounidenses de origen africano.
Medio Estados Unidos le detestaba; medio mundo le adoraba. “En
los próximos meses no hay duda de que los hombres que gobiernan en Washington
intentarán dañarte de la manera que puedan, pero estoy seguro de que sabes que
has hablado en nombre de tu pueblo y de los oprimidos en todo el mundo, en
valiente desafío del poder americano”, le escribió el filósofo Bertrand
Russell. El Tribunal Supremo le dio la razón en 1971 como objetor de
conciencia, y pudo regresar al cuadrilátero, donde participó y venció en dos
combates extravagantes y legendarios: el Rugido de la selva en Zaire (actual República Democrática
del Congo), en 1974 contra George Foreman; y, al año siguiente, en Manila (el
combate conocido como Thrilla in Manila),
contra Joe Frazier.
A principios de los ochenta se retiró y poco después los médicos
le diagnosticaron el Parkinson. Viajó en misiones humanitarias a Líbano, a
Cuba, a Afganistán, a Sudáfrica. Con los años, el polarizador se convirtió en
un hombre de consenso, celebrado por blancos y negros, a derecha e izquierda. George W. Bush le condecoró.
“¿Quién podría haber predicho a finales de los años sesenta,
cuando Muhammad Ali era vilipendiado por la prensa deportiva y por la mayoría
de la América blanca como un racista negro, un agitador bocazas, que se
convertiría en la elección obvia para encender la antorcha en los Juegos
Olímpicos de Atlanta de 1996, como un símbolo del entendimiento, la paz y el
amor internacional?”, escribió en 1998 el escritor Budd Schulberg, autor de la novela de boxeo Más
dura será la caída, que inspiró la película protagonizada por
Humphrey Bogart.
Cuando iniciaba su carrera política, en su oficina electoral de
Chicago, Obama tenía una fotografía de Muhammad Ali en un combate con Sonny
Liston. “Muhammad Ali representaba algo más que boxeo. Tenía un sentido
político, el sentido de un orgullo afroamericano que se afirma a sí mismo”,
dijo hace unos años a este corresponsal David Remnick,
autor de las que
seguramente sean las mejores biografías de Ali y de Obama.
Como Obama, que creció en una familia blanca y asumió su
identidad negra de adulto, Ali también buscó y encontró su identidad. “Cassius
Clay no quería ser Cassius Clay. No quería ser un luchador obediente y
tradicional de la era de la segregación", dijo Remnick. "Quería ser
algo distinto. Eligió la Nación del Islam, eligió otro nombre, eligió unas
ideas políticas que, para ser justos, él sólo entendía ligeramente”.
Ali, como Obama, fue una figura esencialmente americana: un
icono negro en un país todavía enfermo de racismo, un hombre que creó su
identidad, un hombre libre.
Algunas de sus frases…
A Ali
se le conoce por el boxeo, pero también por frases como directos que quedaron
para la historia. Sus rimas, sus pronósticos, sus dardos a rivales como Sonny
Liston o George Foreman. Nadie habló tanto fuera del ring.
"Cuando se es tan grande
como yo, es imposible ser modesto".
"Dirán que fui el mejor
boxeador de toda la historia y tendrán que decir también que fui el más bonito
de todos".
"Floto como una mariposa y
pico como una abeja. Las manos no le pueden pegar a lo que los ojos no alcanzar
a ver".
"George Foreman estuvo
boxeando con su sombra. Y ganó la sombra".
"La única forma en que
podrían pegarme, sería si yo estuviera en un sello postal".
"El hombre sin imaginación
no posee alas".
"Fui el Elvis del boxeo,
el Tarzán del boxeo, el Superman del boxeo, el gran mito del boxeo".
"Soy tan pero tan rápido,
que anoche apagué la luz en la habitación de mi hotel... ¡Y llegué a la cama
antes de que el cuarto se pusiera oscuro!".
"¿Y qué me hizo el
Vietcong para que yo esté en guerra con él?".
"¿Y quién es ese
Parkinson, a quien le ganó, en qué libro de records está?".
"Liston es un oso grande y
feo".
"Las peleas se ganan sin
testigos. Se ganan en el gimnasio, entrenando todos los días. Subir a combatir
es lo más fácil del mundo".
"Nunca me gustó el
entrenamiento, odié cada minuto de gimnasio, pero sabía que era la única manera
de ser el mejor".
"Los campeones no se hacen
en el gimnasio. Los campeones nacen con algo que llevan muy adentro: un deseo,
un sueño, una ilusión".
"Soy el Más Grande porque
lo dije mucho antes de serlo".
"Pueden gritarme, tirarme
maníes, insultarme... ¡Lo importante es que paguen por verme".
"Joe Frazier fue un buen
hombre. No podría haber hecho gran parte de lo que hice sin él, y el tampoco
podría haberlo logrado sin mí".
"Este es el acontecimiento
mas grande de la historia, incluyendo la llegada del Hombre a la
Luna".(Antes de su primera pelea con Joe Frazier)
"Tengo un radar en mi
cuerpo para evitar los golpes".
"Soy tan grande que hasta
elijo los rounds en los que voy a ganar".
"El secreto para ser un
gran campeón es que, ante todo, uno tiene que creérselo".
"¿Por qué me piden que
vaya a la guerra a matar gente, cuando en Louisville los negros son tratados
como perros?".
"La gente no soporta a los
fanfarrones, pero siempre los escucha".
"Servir a los demás es el
costo que se paga por tu estancia en la Tierra".
"Cuando tienes razón,
nadie lo recuerda, pero cuando estás equivocado, entonces sí que nadie se lo
olvida".
"El problema de Liston es
que es muy feo para ser campeón mundial, un campeón del mundo tiene que ser
bonito, como yo".
"Cuando me miro en el
espejo veo que no tengo ni una sola marca, ni una cicatriz, eso prueba que he
sido el mejor de todos".
"Un día salí al balcón
junto al Papa y la gente se preguntaba quién era el señor de blanco que estaba
al lado mío".
"Soy el campeón de la
gente. Cualquiera puede acercarse a mi y saludarme sin pagar. No hay
guardaespaldas a mi alrededor".
"No importa el dinero que
perdí en el divorcio (fueron dos millones) porque soy Musulmán y me conformo
con una comida diaria".
"Amo ver mi nombre y mi
foto en las portadas de las revistas".
"Pensé que si lo repetía
lo suficiente, la gente iba a terminar creyendo que yo, en realidad, era el más
grande".
"Hay dos cosas difíciles
de noquear: a un fantasma y a Muhammad Alí".
"A mis rivales siempre les
preguntaba cuánto medía, así sabía cuanto tenía que retroceder cuando se
cayeran".
"Soy rápido, soy hermoso.
Soy el mejor".
El combate contra
Foreman en Kinshasa (Zaire).
Algunas fotos…
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