(3ª Parte)… MINAS DE
LAS MÁNFORAS.
Día: 05-06-2016.
Lugar: Sotres
(Asturias) / Aliva (Cantabria).
Desnivel: +1.100m.
Longitud: 22,20 Km.
Tiempo: 06h23:15.
Comentario:
Enlace de la primera
parte de la ruta…
Enlace de la segunda
parte de la ruta…
Tras estar un buen rato
con los animales que se han visto en la segunda parte, proseguí con mi marcha
en busca ya del refrigerio del Hotel de Aliva, contemplando a mi izda y en todo
momento estampas como esta de las praderías en donde pastaban varios centenares
de cabeza de ganado.
Iba a llegar entonces
al cruce de las minas y en donde obviaría coger la pista que a la drcha
continuaba hacia el lugar donde estaban ubicadas dichas manos, así que lo que
hice fue seguir caminando todo recto hacia el hotel que ya dejaba asomar parte
del tejado del mismo.
Vista hacia atrás.
Pastos y más pastos.
El cielo por encima de
la zona por la que en teoría tendría que estar ascendiendo, parecía estar
empeorando a mi espalda.
De frente, todo el
sector de Peña Olvidada (2.406 m) y Peña Vieja (2.613 m) y por debajo de ellas,
el llamativo chalet real de Aliva con su tejado rojo.
En seguida ya estaría
pisando el terreno de este guapo y conocido hotel de montaña, así que lo que
hice fue ir directamente hacia la zona del bar a tomar algo y a ver si había
algo de ambiente.
Aquí me tomaría mi
cerveza de turno y de paso inmortalizarme para la posteridad, encontrando que
el ambiente estaba totalmente desangelado y que aparte de algunos trabajadores del
hotel junto a 4 ó 5 montañeros y el menda, en dicho lugar no había
absolutamente nadie.
La cerveza me prestó
por la vida y sentado en la mesa del bar, por momentos “la misma” me iba a
sugerir la idea de acercarme al Pico Joracao (1.832 m) y asomarme al abismo del
entorno de Fuente De, así que tras abandonar el bar del hotel, lo primero que
hice fue ver como estaba toda esta zona que digo.
Lo que vi en cuanto al
estado del cielo no me gustó mucho que digamos ya que estaba claro que el
tiempo estaba empeorando y aunque supuéstamente tenía algo de margen hasta que
se metiera la nubosidad, preferí no arriesgar y tirar a lo seguro o lo que es
lo mismo, hacia la zona de las Minas de las Mánforas, minas que nunca había
visitado, así podría decir que por lo menos en esta ruta había hecho algo nuevo
para este menda.
A lo lejos, la zona a
la que renunciaría continuar para irme en su lugar a las excavaciones mineras.
Desde el hotel, el
tramo inicial del itinerario que tendría que realizar para alcanzar la pista de
acceso de dichas minas.
Aprovecharía para
despedirme del hotel y sacar un par de imágenes del mismo, con una primera foto
en la que se ve el edificio donde está ubicado el bar, el restaurante y algunas
habitaciones y con una segunda foto donde se ve el otro edificio que está
dedicado solamente a habitaciones con alguna sala de estar en común para todo el
edificio más la recepción.
Iba a descender hacia
la pista siguiendo el curso de un riachuelo que iba camino del Valle del Duje,
destacando por detrás del verde y del agua, las altas cimas de esta parte de
Picos.
Imágenes en mi
descenso.
Tras un cortó y cómodo
descenso alcanzaría la pista minera y en donde ya asomaba la cabecera del
Valle, así que en esos momentos decidí que tras la visita a las minas volvería
por dicho valle y por una pequeña pista que aparecía al otro lado del riachuelo
(ptos rojos).
El cielo ya había
tapado todo rastro de rayo de sol pero eso no era impedimento para encontrar
algún habitante del lugar que se estaba pegando un baño.
Al poco de ir avanzando
por la pista ya me iba a encontrar con los primeros vestigios de huellas
mineras excavadas en la roca.
Avanzando hacia las
minas.
En cuanto a esta zona
minera de Picos de Europa, decir que dicho lugar fue objeto de explotación
minera durante casi 150 años hasta época reciente.
En 1853, la Real
Compañía Asturiana de Minas comienza a hacer prospecciones en los Picos de
Europa y como resultado de las cuales, descubre al año siguiente la importante
presencia de cinc y plomo.
Algo más de dos años
después, en 1856, comienza la explotación en Aliva y en zonas próximas, también
por alguna otra compañía como la sociedad “La Providencia”.
De todas las minas de
esta zona, fue esta mina de Las Mánforas, la más importante. Su explotación,
con intermitencias, llegó hasta 1989 cuando se produjo el cierre definitivo.
Esta ubicación de las
minas y en terreno montañoso a más de 1.500 m de altitud, supuso, en el periodo
anterior a la guerra civil perjuicios a varios niveles como por ejplo…
- Los duros inviernos
impedían trabajar durante todo el año y las campañas duraban desde mayo o junio
hasta noviembre.
- La lejanía respecto a
los pueblos más próximos como Espinama y Sotres impedía dificultades logísticas
ya que por una parte el personal no podía ir a su casa y volver todos los días
y por otra parte, los abastecimientos también eran más complicados.
- La salida de dar
salida al mineral y de llevarlos a lugares tan distantes como Unquera que era
donde se embarcaba y distante a unos 70 km, hacía que el transporte encareciera
notablemente el producto.
Para mitigar entonces
esos problemas las compañías construyeron casetones para alojar a su personal
en varias zonas como por ejplo, Aliva, en Lloroza y en Liordes, construyéndose
una gran red de caminos a través de los cuales los carros de bueyes sacaban el
mineral, caminos que hoy en día son parte de las rutas que utilizamos
habitualmente los montañeros por la zona a la hora de programar excursiones.
Después de la parrafada
sobre esta zona minera, continuo con la ruta en cuestión, así que al poco ya me
iba a encontrar con lo que debía ser la principal “plaza” de esta zona minera y
en ella se encuentran un par de entradas a las minas que todavía se mantienen
en pie.
Aproveché entonces para
dar una vuelta por el lugar y sacar varias imágenes del entorno.
Di por concluida la
visita a este lugar y mirando para el cielo, el mal tiempo estaba a punto de
llegar viendo el aspecto del cielo, aunque la temperatura era buena para
caminar.
Fui regresando por la
pista hasta dar con el lugar donde había un puente que tras cruzarlo me
llevaría a la pista que había visto al otro lado del riachuelo que descendía
por el valle glaciar.
Vista hacia atrás.
Habitantes de la zona
que ni se inmutaban ante el cambio de tiempo que estaba a punto de llegar.
Llegué a un punto en
donde vi un buen banco de niebla que se estaba metiendo por momentos por el
valle, banco que no me preocupaba en exceso ya que tenía muy claro el
itinerario a seguir.
Hacia atrás la niebla
parecía querer invadir la zona de las minas.
Como digo la niebla se
iba metiendo por momentos y mientras tanto yo avanzaba sin ningún problemas,
acelerando el paso cuando la niebla desaparecía a la espera del siguiente banco
de niebla que estuviera a punto de llegar.
Descendiendo hacia el
valle.
Hacia atrás, el curso
superior del Río Duje.
Tras descender a la
altura del riachuelo, cruzaría el mismo buscando el mejor paso, echando un
último vistazo hacia toda la parte trasera del valle.
Y hacia delante otro
buen banco de niebla parecía querer inundar la zona.
A partir de aquí ya
caminaría metido entre la niebla a través de
varios senderos de ganado de la zona que iban camino de la pista por la
que había transitado horas antes.
Fui ganando metros poco
a poco sin saber en qué punto exacto alcanzaría dicha pista, pero no tenía
problema con la niebla ya que el sentido de la marcha estaba claro y era
cuestión de tiempo alcanzar dicha pista.
Vista hacia atrás.
Hacia delante tampoco
es que se viera mucho que digamos.
Alcanzando la pista.
El resto de la ruta ya
sería un regreso más o menos tranquilo por la pista hacia el lugar donde tenía
estacionado el coche, aprovechando para sacar una última foto de la zona de los
Invernales del Texu.
En definitiva buena
ruta en la que no conseguiría mi objetivo inicial pero en la que aprovecharía
para irme “a trabajar” a las minas de Cantabria.
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