Día: 08 y 09 de Octubre
2016.
Lugar: Ponga.
Comentario:
Tras el día anterior
iniciando mi periplo por tierras ponguetas, al día siguiente ya estaba de nuevo
por dichas latitudes y con el objetivo de ir conociendo más pueblos, en este
caso ya algo más próximos a la capital del concejo San Juan de Beleño.
Recorrido en el mapa
del concejo lo reflejado en esta segunda parte del concejo de Ponga.
Hablar del siguiente
pueblo del concejo que visitaría y primero de este post es mencionar una de las visitas estrella que pude descubrir en mis internadas por las carreterinas del concejo.
Dicho pueblo recibe el
nombre de Carangas y el desvío hacia el mismo está situado unos 2 km antes del
cruce de la Casona de Mestas (distante unos 7 km de Sellaño en dirección a S.
Juan de Beleño).
Me imaginaba tras ver
el inicio de la carreterina hacia dicho pueblo que el mismo se iba a encontrar
ubicado en un paraje un “tanto aislado”, pero nada que ver lo que me imaginaba
a medida que subía (rezando para que no me viniera ningún vehículo en sentido
contrario ya que la carretera tenía el ancho justo para un coche), con lo que al final
me encontraría al llegar a la pequeña “plazoleta” (por decirlo así) a la
entrada del pueblo.
Aparte del lugar exacto
en donde está ubicado este pueblo de Carangas (753 m – 12 hab, tengo que decir
que la carreterina de acceso es sencillamente impresionante por el itinerario
en el que discurre.
Primero por tramo
boscoso un par de km iniciales aprox y luego ya cuando se sale del mismo para
continuar otro par de km en el que hay alguna que otra curva de herradura que
une las rectas del trazado en terreno abierto y que por momentos da sensaciones
de vértigo, hacen que pueda decir con rotundidad que el acceso es de esos que
no se olvidan fácilmente en Asturias para todos los que somos montañeros y
encima hemos alternado montaña y bicicleta.
Dejaría el coche a la
entrada y empezaría a caminar tranquilamente por el pueblo, dándome a los pocos
metros con un par de hombres que estaban trabajando arreglando una casa y junto
a ellos una mujer que los observaba.
Tras saludarlos
continuaría unos metros y cuando estaba fotografiando el hórreo de la siguiente
imagen, otra mujer se asomaría a una ventana de la casa a la que pertenecía
dicho hórreo.
Tras saludarla, inicié
una pequeña conversación con ella, comentándole mi extrañeza porque en el
pueblo en ese mismo momento, cuatro niños corretearan por allí y comentándole
que muchos niños había para ser un pueblo tan aislado.
Me comentaría que dos
no vivían allí de forma habitual, pero que los otros dos sí y ante mis
comentarios por los accesos tan complicados que me había encontrado por ser la
carretera tan estrecha y que permitiera solo el paso de un vehículo, me comentó
que para el colegio de los niños, un land rover subía a buscarlos todos los
días para llevarlos a S. Juan (si mal no le entendí).
Tras la breve charla
con la chica, ya iría a dar una pequeña vuelta por el pueblo sacando imágenes
como las que siguen…
Imagen desde la entrada
del pueblo de la zona del Tiatordos (1.951 m) a la izda inmersa en la niebla
con la Foz de la Escalada (centro) y el Pico Llambría (1.749 m), a la drcha de
ésta.
La primera casa que me
encontraría al llegar al pueblo.
Al lado mismo de la
entrada, me iba a encontrar con la iglesia del pueblo, la iglesia de San
Esteban (siglo XVIII), situada como pude apreciar en un enclave
totalmente privilegiado y con unas vistas alucinantes.
El pueblo visto desde
el enclave de dicha iglesia.
Di por concluida la
visita y al coger el coche y reanudar la marcha unos pocos metros, observé tras
girar la cabeza con que en dicho pueblo se hallaba ubicado un molino, así que tocaba
echar el freno de mano un par de minutos y lanzarme en busca del molino para
inmortalizarlo en la siguiente imagen.
Volvería al coche y si
el ascenso había sido espectacular por la carretera, no digo nada del descenso
ya que durante el mismo pude apreciar con total claridad todo el desnivel que
había subido ya que varios centenares de metros más abajo la carretera que iba
por el “desfiladero” se dirigía en busca de la capital del concejo y las caídas a la
misma eran vertiginosas (menos mal que había quitamiedos que sino…).
Tras volver a la
carretera principal del concejo se seguía avanzando con el coche, para al par
de km llegar al sitio donde estaba ubicada la Casona de Mestas y desde donde
partía la carretera que me iba a llevar a otros dos pueblos del concejo, el
pueblo de Tanda y el conocido de Taranes.
Pero antes de tomar el
desvío hacia estos dos pueblos, me iba a parar unos minutos a retratar dicha
casona asturiana, restaurada como hotel de turismo rural y con casa de baños
termales.
Imágenes de dicha casona,
ahora alojamiento de turismo rural.
Tomé el desvío que me
iba a conducir a los dos pueblos nombrados anteriormente, carretera ésta
estrecha, como casi todas las del concejo, que en pocos km me iba a llevar en
primer lugar al más alejado de los dos, el conocido pueblo de Taranes (590 m –
40 hab) , inicio de algunas de las rutas más conocidas del concejo, como la
ruta hasta el pueblo abandonado de Valle de Moro o la ruta que atraviesa la Foz
de la Escalada y que da posibilidad de ascender a varios de los picos
importantes conocidos de la zona.
Aparcaría tras avanzar
varios centenares de metros por el pueblo en una amplia plazoleta para iniciar
seguidamente la visita a pie por las caleyas del mismo.
Imágenes de mi tránsito
por el mismo.
¿El bar del pueblo…?... y
algo más alejada la iglesia de Taranes.
El pueblo de Tanda,
siguiente visita que haría tras la de Taranes.
Me acercaría a ver la
Iglesia parroquial de Santa María, construida en el año 1779.
Imágenes de dicha
iglesia.
La vieja escuela del
pueblo (año 1924), ahora reconvertida en vivienda particular.
Parte del pueblo y la
entrada a la Foz de la Escalada (centro imagen).
Abandonaría entonces el
pueblo para ir retrocediendo con el coche hasta el cruce de la Casona de
Mestas, para dar tras algo más de 1 km de mi marcha de Taranes con el primer
pueblo de la carreterina por la que estaba transitando y que me había
encontrado en mi aproximación a Taranes, el pueblo de Tanda (540 m – 22 hab).
Me dedicaría a conocer
por unos minutos la parte inferior del pueblo, renunciando a subir lo que
parecía que era la parte principal del mismo, así que estas fotos fue lo único
que retrataría del mismo.
El pueblo de Taranes
desde este pueblo de Tanda.
Por lo que se ve, hay
servicio de correos en el pueblo.
Trío de casas en esta
parte inferior de Tanda.
Reanudaría de nuevo la
marcha para tras unos 2 km alcanzar la carretera general que me llevaría a
conocer los siguientes pueblos.
Tomaría rumbo hacia S.
Juan de Beleño y cuando estaba a 4 km del mismo, resulta que me apareció un
cruce con una carreterina que salía a la drcha del mismo en dirección a los
pueblos de Abiegos y Sobrefoz, con este último siendo objeto de una visita
rápida con la intención de comer, resultando infructuoso dicho intento ya que
el pueblo se encontraba con mucha gente para comer y en donde lo pregunté (Casa
Severa) me fue imposible.
Regresaría de nuevo,
ahora por la carretera que une Sobrefoz con San Juan de Beleño, intentando para
aquí también para comer y ante los problemas que tenía para aparcar, decidí
seguir la carretera para dar con el desvío a otro pequeño pueblo de la zona, el
pueblo de Cadenava (480 m – 13 hab), situado a unos 400 m de la carretera
general.
Algunas imágenes de
dicho pueblo.
El siguiente pueblo que
visitaría, el de Abiegos, visto desde este pueblo de Cadenava.
Tras el pueblo de
Cadenava, me iba a internar entonces de nuevo por la carreterina que en km y
medio escaso me iba a llevar al pueblo de Abiegos (518 m – 34 hab).
Imágenes del mismo con
su iglesia del siglo XVIII, así como la bolera al lado mismo de dicha iglesia.
Haciendo acopio de leña
para el invierno.
El pueblo de Cadenava
desde Abiegos.
Pues con esta breve
reseña al último pueblo de este post doy por finalizado el mismo.
Todavía quedaba más por
conocer del concejo pongueto pero eso ya será para los siguientes post…
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