Itinerario reflejado en
este post: Collado Horcados Rojos
Fecha: 09-07-2020.
Lugar: Valle de la
Liébana (Cantabria).
Distancia total: 14,73 Km.
Tiempo: 05h:17:36
Desnivel: +665 m.
Picos subidos: Ninguno.
Comentario:
Enlace con la primera
parte del día...
Comienzo esta segunda
parte de la ruta del día, situado en el punto conocido como La Vueltona (1.960
m) y pillando el sendero que conocía sobradamente pero que no recorría desde
hacía bastantes años y que me iría elevando a un destino que todavía no sabía
ya que simplemente me apetecía de nuevo transitar por el itinerario y hacer
luego lo que me apeteciera “sobre la marcha”.
Imágenes tomadas
durante esta primera parte de la ascensión.
Echando la vista hacia
el sur vería la zona por la que había estado un rato antes, marcada por el
nevero que se ve más a la izda de la siguiente imagen.
Poco a poco la ruta
continuaba siempre con vistas a la Torre de los Horcados Rojos (2.506 m), la
cual me iba a quedar siempre en frente.
Me tomaría el ascenso
con bastante tranquilidad ya que estos meses no atravieso mi mejor momento
físico, quizás debido al tema sobrepeso aparte de la falta de Km de calidad en
las piernas, Pese a todo esto y sin darme cuenta, afrontaría el tramo situado
por debajo del Collado de la Canalona, marcado por algunas zetas en esta parte
del itinerario.
Caminando por debajo de
este Collado de la Canalona.
Vista hacia atrás.
A punto de afrontar la
última curva antes del desvío a la Canalona.
Una vez que alcancé
dicho punto me pararía a beber algo y a disfrutar de las vistas como la que
muestra la imagen panorámica en la que se ve la zona del nevero que estuve a
punto de alcanzar (pto rojo).
Vista hacia el tramo
del sendero hacia la Canalona.
La ruta continuaba así
que tras un tramo llano, llegaría el pequeño tramo de descenso y posterior
ascenso hasta el desvío a Cabaña Verónica.
Tramo de descenso y
ascenso hasta dicho punto que comento.
Llegaría a la curva
“cruce de caminos” en donde lo primero que haría sería mirar para el destino
que finalmente había elegido en mi cabeza para este día, el Collado de Horcados
Rojos (2.344 m).
Por allá enfrente,
quedaba dicho collado, destino que hace años me hubiera sabido más a aperitivo
que a un destino final para una ruta de montaña.
Desde dicha curva, el
tramo que había acabado de superar.
Y por supuesto, el
desvío hacia Cabaña Verónica, refugio peculiar de los Picos de Europa y al cual no me acercaría en esta ocasión.
Empezaría entonces a
caminar con destino al collado, teniendo que superar para alcanzar dicha “zona
con vistas”, un gran nevero en el que aunque estaban marcados los pasos en el
mismo, había que tener cuidado de no pegar el inoportuno resbalón e irse para abajo.
Aunque tras este primer
tramo helado, todavía me encontraría con un segundo mucho más fácil de pasar
que el anterior, antesala del último tramo al collado.
Una vez en el collado,
simplemente me pararía a disfrutar de las extraordinarias vistas en todas
direcciones.
Renunciaría a subir la
Torre de los Horcados Rojos (2.506 m), señal de mi vagancia en este día así que
emprendería a paso lento el regreso, realizando el descenso bastante torpón a
nivel físico, sobre todo de piernas y con el convencimiento de que el tiempo
iba a empeorar con total seguridad.
Llegaría entonces a la
cafetería de la estación superior del teleférico en donde me comería un
bocadillo de tortilla ya que el hambre ya empezaba a apretar un poco.
Sería un total de 14,73
Km para un tiempo de 05h:17:36 así que en cuanto a los números creo que estaría
bastante bien para como me encontraría durante la ruta.
Nada más salir de la
sesión bocata ya vería como había acertado en mi pronóstico sobre el cielo ya
que en esos momentos se encontraba con la niebla cubriendo el mismo.
El estado del cielo
haría que rápidamente la gente se acumulara para pillar el teleférico de vuelta
al aparcamiento así que tendría que esperar un buen rato para llegar de nuevo
al coche.
Acabaría cansado así
que me iría al hostal a echarme una pequeña siesta y a prepararme para salir a
cenar de nuevo a Potes al que quizás es el restaurante clásico de la villa de Potes y
conocido como “Casa Cayo” y que ya conocía de algunas visitas anteriores.
Acto seguido tocaba ir
para el restaurante en donde dada la hora temprana que era, había tan solo una
mesa cenando.
Enlace de dicho
restaurante...
Para cenar este día
caería lo siguiente...
Cocido montañés el cual
lo encontraría rico y el resultado como es lógico sería que el recipiente iría
de vuelta vacío a cocina.
Pierna de lechazo a la
que la tenía muchas ganas desde que la había visto en la carta, rica, rica...
El resultado de la cena
sería totalmente de mi agrado, mejor que la de la noche anterior en el “Asador
Aguilar”, incluso algo más barata. Aun así todo, ambos son totalmente recomendables
en mi opinión si se quiere cenar fuera durante los días que cualquier persona
pueda pasar en la Liébana.
Acto seguido y tras la
cena, tocaba regresar al hostal ya que al día siguiente había de nuevo ruta así
que eso ya lo dejo para el siguiente post...
No hay comentarios:
Publicar un comentario