Día: 05-07-2020.
Desnivel: +950 m.
Distancia: 27,59 Km.
Tiempo: 06h:30:26.
Picos subidos: Ninguno.
Comentario:
Comienzo este post
sobre la ruta de este día de manera diferente a como lo hago habitualmente en
los resúmenes de las rutas que me animo a realizar en los días que salgo a realizar rutas a la montaña y me apetece iniciar, como digo este post, avisando a cualquier
que haya podido entrar en el blog a leer alguna que otra ruta y que haya dado
con esta, de que la ruta objeto de este resumen transcurre en un 99 % por una
LARGA, MONÓTONA Y PESADA PISTA de poco más de 13 Km por lo que la ruta en sí ya
se puede imaginar el lector “lo machacona” que es para las piernas y por lo que
yo más bien desaconsejaría (y escribe esto uno que no le importa para nada patear largas
distancia por pistas forestales...) realizar dicha ruta partiendo desde Les
Bedules hasta la zona en donde se ubica esta guapa ermita a no ser que uno esté
realmente interesado en descubrir la ubicación de dicha ermita como lo que
es en sí este edificio destinado al culto religioso y situado en una guapísima
vega ver y muy alejado de cualquier carretera.
Pues tras este aviso,
comienzo con lo que daría de sí este día en el que climatalógicamente sería un
día espectacular por el sol y el calor que haría en todo momento, hecho que a
este menda le suele dar siempre una motivación y fuerzas añadidas para patear por terrenos de
montaña.
Refiero aquí el enlace
que descubrí en Internet sobre el itinerario de este día y el que se muestra el
desnivel y el perfil de lo que realizaría en esta jornada montañera...
Para sorpresa mía, me
levantaría en este día a las 07h30 y tras no perder mucho tiempo en los
preparativos, saldría rumbo directo hacia el Concejo de Ponga y con el único
pensamiento en este día de acercarme a conocer la ubicación exacta de la ermita
en un día totalmente soleado y ruta esta que llevaba persiguiendo desde hacía
algunos años y que nunca me había decidido en serio a conocerla ya que me
echaba un poco para atrás, el largo itinerario que tendría que hacer por pista
para llegar al entorno de dicha ermita.
No podría tomar mi
ración de cafeína en este día por no encontrar apenas sitios que estuvieran
abiertos o que me convencieran algo para detenerme unos minutos así que pondría
rumbo directo San Juan de Beleño (Ponga) y más concretamente hacia el Collado de Les Bedules (1.085 m) en donde empezaría a
caminar a las 10h05 por la pista que me llevaría en un primer momento hasta el
Collado Granceno (1.195 m), tramo este archiconocido para este menda y que tengo que reconocer que nunca me ha gustado caminar y a pesar de las vistas que son realmente excepcionales hacia los Picos de Europa y algunas otras montañas del entorno.
Algunas imágenes
tomadas en mi aproximación hacia dicho collado situado a unos 04,5 Km del lugar
de inicio de la ruta del día.
Hacia el Este, los
Picos de Europa y en primer término el pico conocido como Peña Salón (1.245 m).
Al poco de iniciar la
marcha, vista hacia atrás al Pico Carria (1.431 m – izda) y hacia el pico de la
foto anterior, Peña Salón (1.245 m – drcha).
Tras cerca de 04 Km ya
iba a tener excepcionales vistas del cresterío que iba desde el Pico Sen de los
Mulos (1.510 m) hasta otro pico conocido de la zona, Peña Subes (1.480 m).
Otra imagen de dicho
cresterío.
Desde el lugar en donde
tomaría las dos imágenes anteriores, tendría que recorrer unos pocos centenares
de metros hasta situarme en este cruce de caminos que era el paso montañoso
conocido como el Collada Granceno (1.195 m), cruce de caminos que me hubieran
permitido alcanzar por una parte la cumbre del Sen de los Mulos (1.510 m) de
fácil ascensión y por otra, bajar hasta el pueblo perdido de Víboli e itinerario este que nunca he realizado.
Sin pararme, proseguiría
por la pista, encontrándome al poco unos paneles donde indicaban que la Ermita
de Arcenorio se encontraba a 10 Km y que un árbol único por su tamaño se encontraba a 01 Km como era el Roblón de Bustiello y que ya conocía
de una anterior visita, roble centenario en el que hacen falta los brazos de
siete u ocho personas para abrazarlo.
Imagen de cómo se
mostraba la pista ganadera nada más pasar el Collado Granceno (1.195 m).
El tramo hasta el
desvío era lo único que conocía del resto de la pista que me tocaría caminar en
esta jornada así que tras pasar dicho desvío (no me apetecería acercarme tanto
a la ida como a la vuelta a verlo de nuevo) seguiría caminando cerca de 01h30
por esta pista y bajo un manto que me proporcionaban las ramas de la arboleda que inundaban casi todo el trayecto antes de alcanzar un paso marcado por una portilla y
conocido como la Horcada Guaranga (1.370 m) y lugar en donde se ubicaban
algunas trincheras con sus nidos de ametralladoras de la guerra civil.
Un par de imágenes de
mi trayecto por el interior de este Bosque de Peloño y sacadas cuando la arboleda
me ofreció alguna ventana entre tanta arboleda.
La parte alta del
bosque iría dejando ya algunos más claros antes de alcanzar el paso de la Horcada
Guaranga (1.370 m), paso estrecho abierto en esta parte de la montaña y en el
cual había un pequeño espacio habilitado para dejar un par de coches y poco más
y como mostraré en otra imagen en la vuelta a Las Bedules.
Horcada Guaranga (1.370
m).
Una vez que crucé las
portillas resulta que la pista iniciaba, ante mi desagradable sorpresa, un
inicio brusco que resultaría ser de poco más de medio Km pero realmente sobresaliente
en su pendiente así que no me quedaba más remedio que continuar ya que hasta
este paso de la horcada, la ruta me había llevado 02h45 para cerca de 12 Km y
no era cuestión de dar la vuelta y quedarme con la miel en los labios sobre el
objetivo del día que como he dicho no era otra que conocer la Ermita de
Arcenorio, lugar donde se celebra cada 8 de septiembre la fiesta de Nuestra
Señora de Arcenorio y que conmemora en esta romería la participación del pueblo
pongueto en la batalla de Pontunio (puerto del Pontón) contra los árabes (todo
esto según información de Internet porque este menda no tenía ni idea del
motivo de la celebración de la romería...).
¡Pues a iniciar el
descenso tocaba...!.
En estos primeros
metros se puede decir que casi iba rezando mientras caminaba para que no fuera
muy prolongado dicho tramo de descenso ya que la pendiente que iba perdiendo se
puede decir que “era brutal” para lo que esperaba a estas alturas de la ruta y estaba seguro que luego tendría que recuperarla.
Es verdad que quizás
esta sensación venía dada también a que la ruta por la pista se me había hecho
un tanto pesada por tanto tramo de carretera de tierra de montaña aunque
aliviada en cierta forma por el aparato de MP3 que iría escuchando durante toda
la marcha y que me había regalado Adela horas después de la Media Maratón de
Valencia del año pasado al perderlo en la salida con tanto corredor apetiguñado
en los primeros metros.
Serían unos 500 m
cuando el descenso brusco iría finalizando para dar paso a un pequeño tramo de
falso llano hacia arriba y que agradecí como pocas veces he hecho.
Imágenes tomadas
durante el avance en este tramo.
A partir de la curva de
la última imagen anterior, la pista iba a incrementar notablemente su pendiente
durante varios centenares de metros hasta dar paso con la que quizás era la
vista más deseada para mí después de la Ermita de Arcenorio, el collado
conocido como el Collado de las Arriondas (1.746 m) y que pisé ya hace muchos
años, concretamente el día de la muerte de Rocío Jurado (me acuerdo como si
fuera hoy porque iría escuchando la noticia en la radio..) ya que aquel día me animé a subir la Peña Ten (2.142 m) y el Pileñes
(2.012 m) desde el pueblo leonés de La Uña, logrando dicho día el objetivo que
perseguía (eran otros tiempos...) y que había deseado también durante mucho
tiempo.
Imagen del Collado de
las Arriondas (1.746 m) con parte de Peña Ten (2.142 m - izda) y el Pileñes
(2.012 m - drcha).
En la zona en donde
tomé la imagen anterior, me detendría unos minutos a beber algo ya que llevaba
tres horas y la verdad no había bebido absolutamente nada desde la salida del
coche y el calor parecía querer apretarle un poco a este menda.
Normalmente en cuanto a
esto último del no beber y no comer casi nada durante las rutas, es una
costumbre que siempre he tenido a la hora de salir de montaña ya que “el ayuno”
lo aguanto sin problemas aunque esté caminando horas y horas (luego lo suelo
recuperar en la cena y ante la recomendación de que esto está mal hecho yo
siempre respondo que el cuerpo ya lo tengo acostumbrado a “vivir” así durante
las salidas montañeras).
Y en cuanto al tema de
la bebida es fácil. Uno puede ahorrarse beber líquido las primeras
horas si momentos antes de salir del coche, uno se bebe medio litro o poco más
de bebida isotónica o de agua, con lo cual el cuerpo tiene el depósito lleno
para unas cuantas horas (hablo claro está, si el calor no aprieta en exceso y
uno ha enseñado al cuerpo a acostumbrarse de esta manera durante las salidas...).
Pues de tanto sermón
tipo “catedrático” que no venía mucho al tanto pero que me apetecía poner para
dejar reflejadas mis costumbres a la hora de salir de montaña para el día que
tenga Alzheimer y vea a un tío como yo haciendo montaña, ja, ja, ja, sigo con la pequeña descripción de la ruta y en
estos momentos ya iba transcurriendo la ruta por terreno muy fáciles de caminar y con
la pendiente poco a poco desapareciendo y lo mejor de todo, es que sabía
(llevaba ya poco más de 13 Km) que la ermita no podía andar muy lejos por lo
que la ruta en su tramo de ida estaba a punto de finalizar (reconozco que ganas
ya había).
Imagen tomada en este
tramo hacia la Peña Ten (2.142 m), una de mis cumbres preferidas desde el
aspecto visual pero no por esta cara.
El itinerario proseguía
por terrenos “acolchados” de pradería hacia la Vega de Arcenorio aunque sí que
es verdad que iba un poco tanteando el terreno ya que la ubicación exacta de la
vega y la ermita la desconocía en esos momentos aunque había pisadas de
todoterrenos que me iban guiando.
Majada situada bajo la
Peña Ten (2.142 m).
Lo siento pero esta
imagen tomada algo más avanzado el itinerario y con el Collado de las Arriondas
(1.746 m) al fondo, la mole de Peña Ten (2.142 m) y la majada situada en esta
parte de la montaña casi se puede decir que la repito (se nota que sería una de
mis preferidas durante este día...).
En las praderías me
encontraría con abundante ganado vacuno que me iba a servir de compañía en este
tramo. La ruta parecía proseguir por un itinerario situado por detrás de las
vacas pastando así que poco a poco me iría aproximando al ganado que veía por
delante pero...
Ante las dudas si el
sendero trazado en los pastos y que veía ascender podía ser el correcto, se me
ocurriría asomarme a lo que parecía ser una guapa y extensa vega donde había
una buena cantidad de vacas pastando y ocurrió lo que tenía que ocurrir...
Por fin había llegado a
esta vega que algunas veces había visto a través de diferentes imágenes así que
como se puede suponer, no lo dudaría y perdería los pocos metros que me
separaban de la ermita para aproximarme a ella y satisfacer la curiosidad de
cómo podía ser su interior.
Satisfecho de estar en
este lugar después de 13,90 Km en un tiempo de 03h:25:01, “pequeña” paliza que
me había pegado en esta jornada para conocer una ermita a la que la tenía ganas
desde hacía mucho tiempo (y ya van dos este año junto a la de Ventaniella,
situada también en este Concejo de Ponga).
Enlace de la Ruta de
Ventaniella, realizada hace unas pocas semanas atrás...
Me aproximaría un
centenar de metros hasta la ubicación de unas cabañas situadas en esta vega y
en las que apetecía quedarse a pasar un par de días.
El paseo por la vega
daba a su fin para entonces ir regresando a la ermita y pillar ya la vuelta por
el mismo itinerario que había realizado en el trayecto de ida.
Echando la vista hacia
atrás hacia el itinerario que me hubiera conducido hacia el pueblo leonés de la
Uña.
Curiosa señal de
tráfico por la ubicación y que me encontraría a la vuelta situada junto a un
árbol.
La vuelta me la tomaría
con filosofía para llevarla mejor. Iría descendiendo y luego ganando metros con
más facilidad de lo que me esperaba hasta la Horcada Guaranga (1.370 m) y hasta
encontrarme ya con la pista que me iba a llevar directo hasta el coche situado
en Les Bedules.
Pequeño aparcamiento
habilitado metros antes de la Horcada Guaranga y... ¡Juro que el coche no es mío
y que me hice la ruta de este día pasito a pasito!.133(Pto rojo señala el
Collado Granceno, situado todavía a 04,5 Km del coche).
El trayecto de vuelta por
la pista lo haría mejor de lo esperaba ya que seguiría entretenido con los
pocos minutos de música que el aparato todavía me ofrecería y este tramo no me
sería realmente todo lo pesado que cabía esperar cuando estaba todavía en
Arcenorio.
Imagen tomada en la
vuelta y a mi espalda hacia la Peña Ten (2.142 m) y al Pileñes (2.012 m) en el
que la niebla parecía estar jugando en su cumbre.
El trayecto hasta el
Collado Granceno (1.195 m) lo haría en poco más de otra hora, a ritmo continuo
y sobre todo con ganas de llegar a dicho collado ya que suponía otra “meta
volante” en mi acercamiento hasta el coche y encontrándome “bastante bien”
durante la subida que tendría que superar antes de afrontar los últimos 04,5 Km
de caminata por la pista que esos ya serían con otras sensaciones como esperaba
mientras iba caminando por la pista.
Decir que en este tramo
efectuaría mi segunda parada del día para beber algo ya que la sensación de sed
parecía querer apretar algo.
Una vez en el collado
no me detendría y continuaría ya por la pista y con sensaciones ya bastante más
cansinas que durante el tramo anterior.
En este último tramo
hasta el coche todavía sacaría la última imagen del día en la que veía como la
niebla estaba jugando con las altas cumbres de los Picos de Europa.
Llegaría finalmente al
coche, bastante machacado a nivel de piernas y pies, cosa que esperaba desde el
principio de la ruta ya que sabía cómo era de larga la ruta de este día y por
lo pesado que se me iba a hacer por transitar por el terreno duro de una pista
de montaña.
El GPS me daría unas
cifras para la vuelta de 13,69 Km en un tiempo de 03h:05:25 y para completar
una ruta final de 27,59 Km en 06h:30:26, números que constituyen, sino me
equivoco, récord anual tanto en cuanto a nº de Km en una pateada como de mayor
tiempo estando caminando.
Al final, satisfecho
con la ruta realizada aunque sí que es verdad que acabaría muy machacado a
nivel articular y como he dicho al principio del post, no recomendaría a nadie
acercarse a la zona de la ermita a no ser que esté dispuesto a meterse una
buena pateada por pista y con todo lo que ello implica.
Como última apreciación
al post, decir que hasta hace bien poco imaginaba con subir a Peña Ten (2.142
m) partiendo desde este Collado de Les Bedules pero visto lo de este día, creo
era muy optimista sobre mis posibilidades actuales a la hora de completar dicha
ruta con cierta solvencia.
¡Ya veremos en un
futuro...!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario