Día: 15-07-2017.
Desnivel: +1.450 m.
Longitud y tiempo
total: 25,79 Km
en 07h56:30.
*
Ascenso a la Vega...(11,74
Km en 03h27:12).
* Vuelta por la zona...(02,40 Km en 01h05:28).
* Descenso………….(11,65 Km en 03h23:50).
Comentario:
Ruta que la verdad se
quedaría “en nada” para todo lo que inicialmente me había planificado, aunque
tengo que reconocer por otra parte y después de haberla completado que la ruta
que había pensado me venía muy, pero que muy grande en las condiciones actuales
de mi forma física ya que
desgraciadamente la misma no se equipara
ni de lejos a la que tenía hace tan solo unos pocos años.
Por otra parte
cometería un error o más bien me confiaría en el estado de mis botas ya que
durante la ruta pude comprobar que me iban fallando en algún que otro tramo
debido al mal estado que presentaban las mismas en la parte de las suelas por
lo que a medida que avanzaba la ruta, las precauciones y la marcha lenta en la
ruta fueron las notas predominantes en el itinerario de descenso de la Vega del
Urriellu.
Un par de fotos de las
protagonistas de la ruta del día.
No madrugaría todo lo
que tenía que madrugar para meterme el palizón que tenía pensado, así que
después de la parada habitual para el café en Arenas de Cabrales, ya
emprendería el ascenso por carretera hasta Sotres para acabar aparcando en el
parking habitual de siempre.
Fiel a mi costumbre de
alcanzar la Vega del Urriellu desde el pueblo cabraliego, renunciaría a subir
con el coche hasta las proximidades de Pandébano, descubriendo en mi itinerario
de aproximación hasta dicho collado que el 99,99% de los montañeros subían en
coche hasta el punto final de la pista, con el consiguiente ahorro de unos 05 km y algo menos de 300 m de desnivel (este menda
se metería estas cifras por duplicado, ida + vuelta).
Dejaría pues Sotres (1.050 m) sobre las 09h30,
empezando a caminar en descenso por la carretera para tras algo más de 1 km pillar ya el desvío hacia
Aliva y hacia los Invernales del Texu, próximos a Sotres.
El Collado Pandébano ya
me esperaba.
La ruta hasta la Vega
de Urrielu era archiconocida para este menda, así que poco iba a descubrir
durante el transcurso de la misma, pero aun así me animaría a sacar bastantes
más fotos de las que tenía pensadas inicialmente.
Llegando a los
Invernales del Texu (880 m),
la cota más baja de toda la excursión.
Iría ascendiendo a paso
continuo y tranquilo mientras numerosos coches me iban adelantando para llegar
al parking situado por debajo del collado.
Guapas vistas hacia
atrás.
Un par de imágenes,
también hacia atrás, de dichos invernales.
Y por supuesto del
pueblo de Sotres.
Tras las curvas de
herradura de la pista en esta primera parte, la pendiente disminuiría muy
notablemente para dar ya con la primera vista del Collado Pandébano.
Tras un tramo llano por
la pista, la misma volvía a incrementar su pendiente para dar con el parking,
el cual estaba repleto de coches, así como uno de las márgenes de la pista.
Una vez que llegué a
dicho parking ya me iría un poco hacia la derecha para pillar el sendero que me
llevaría por el itinerario más fácil hasta este primer collado del día.
Hacia atrás, Sotres al
fondo y recién dejados atrás, toda la aglomeración de coches que había unas
decenas de metros por debajo del collado.
Algo menos de hora y
media me había llevado llegar hasta este Collado Pandébano (1.220 m) para obtener ya la
primera vista del Urriellu (2.519
m - izda) y al fondo de toda la ladera verde, el Collado
Vallejo (1.550 m),
segundo objetivo parcial del itinerario de ascenso hasta la vega.
De las tres partes en
las que suelo dividir siempre el itinerario de ascenso, venía ahora la parte
más liviana y la que me iba a obligar a pasar al lado mismo del Refugio de la
Terenosa y de algunas cabañas adyacentes al mismo.
Cerca de media hora
después de pasar por la Terenosa iba a llegar hasta el Collado Vallejo (1.550 m), en donde me
tomaría un respiro para beber algo después de las 02h15 que había empleado para
llegar hasta este punto.
Un vistazo hacia atrás.
Hacia delante, el Urriellu
desde este segundo collado del día.
El sendero se tomaría
un respiro para descender unos metros y empezar a llanear poco a poco.
Otra imagen del pico en
mi aproximación.
El sendero iba a
empezar a subir con total claridad por una zona un tanto caótica de grandes
piedras como se puede ver en la siguiente imagen.
Tras esta zona entre
los bloques, iba a llegar al tramo del ascenso que más le gusta a este menda,
tramo en el que el sendero se volvía sinuoso a través de algunas revueltas y
algunos tramos resbaladizos, los cuales se dejaban notar dado el estado de las
botas.
Vista hacia atrás de
este tramo sinuoso del que hablo.
Tras casi 03h30 estaba
ya a la altura del Refugio del Urriellu (1.960 m) y por detrás del
mismo, el archiconocido Naranjo de Bulnes o Pico Urriellu (2.519 m).
Estaba sediento y algo
hambriento, así que pararía enfrente de la puerta del refugio a comer un kit de
pasta y de paso a tomarme una cerveza que compraría en el refugio (2,50 euros).
Tras comer ya
continuaría con el itinerario y con la intención de asomarme simplemente a la
entrada del Jou Sin Tierre ya que había descartado hacer la ruta que había
planificado ya que era una temeridad meterme en un terreno muchísimo más serio
que el que había tenido hasta el momento y también debido a que el menda ya se
encontraba más cansado de lo normal a nivel de piernas.
En la siguiente imagen,
el tramo que venía a continuación del refugio.
Y un par de imágenes
hacia atrás con el menda incluido y el refugio.
Sobre una media hora
tardaría en llegar a la entrada del Jou Sin Tierre (2.080 m), paisaje espectacular y
solitario de los Picos de Europa, observando tanto la zona del Jou Sin Tierre,
el Jou de los Boches y la Torre de los Horcados Rojos (2.506 m) al frente.
No siempre voy a salir
yo, también la mochila se merecía su foto de recuerdo con el Urriello por
detrás.
Ladera Este del Jou Sin
Tierre y en la que se aprecia con cierta claridad el sendero que bordea dicho
jou.
Zona Oeste del Jou Sin
Tierre con el Pico Arenizas (2.520
m) y a su drcha, la conocida Horcada de Caín.
Estuve en este punto de
la entrada al Jou Sin Tierre un buen rato disfrutando de las vistas del mismo y
viendo como un grupo numeroso de excursionistas iban por el sendero para salvar
un espolón rocoso que les llevaría hasta el siguiente jou, el de los Boches.
En estos momentos es
cuando uno se daba cuenta de lo que se pierde cuando prepara “pijadas” tan de
moda ahora, como son maratones o carreras de menor distancia, así que aunque
pueda seguir corriendo en los próximos años, me dedicaré más al tema montaña
que al de running ya que considero que no me apetece que pasen más años para
perderme por zonas remotas de la montaña o de los Picos de Europa y no me veo
dentro de diez aproximados, cuando tenga 55 ó 57 perderme en solitario por
dichas latitudes con el consiguiente riesgo que ello conlleva a medida que uno
se va haciendo mayoruco.
Pues tras esta
reflexión, aparte de alguna más que no viene al caso en este post, decidí dar
por concluida la primera mitad de la ruta, para elevarme entonces a unos
peñascos (con trepadas fáciles) para ver si podía descubrir alguna otra nueva
vista de la zona de la Vega del Urriellu, pudiendo entonces sacar la siguiente
imagen del pico con el refugio a sus pies.
Con algo de zoom, dicha
zona del refugio, la zona de la Sierra de Peña Maín y el Mar Cantábrico al
fondo.
Bajaría sin problemas
de los peñascos para sacar ya una última imagen el Urriellu y despedirme del
refugio para ?????..., tras algo más de 01h de paseo adicional por la zona.
En el descenso notaría
muy cargados los gemelos y las botas con bastante fragilidad para pisar con
cierta seguridad el terreno, así que haría el mismo a “paso de tortuga”, siendo
adelantado por numerosos montañeros que iban emprendiendo el descenso a medida
que el tiempo pasaba (recordaba cierta similitud a cuando en la formula uno, un
coche tiene los neumáticos totalmente gastados mientras los demás los acaban de
poner nuevos en un pit stop).
El descenso se me haría
más largo que nunca por dichos motivos, sobre todo en los 2/3 primeros tercios
del mismo.
Después del Collado
Pandébano iría algo más entretenido olvidándome un poco de los avisos de los
gemelos, siendo en el ascenso hasta Sotres cuando mejoraría bastante a nivel de
fuerzas en las piernas.
Una vez que paré ya en
el coche al cabo de casi 03h25 (mismo tiempo en bajar que en subir a la vega),
sí que me notaría muy, pero que muy cansado de las piernas y a nivel lumbar,
así que poco más que contar de dicha ruta que en otros tiempos la hubiera hecho
casi a la “pata coja”.
Al siguiente día me
haría un pequeño paseo de “descanso activo” de unos 06 Km pero eso ya es para
el siguiente post.