viernes, 7 de julio de 2017

VACACIONES 2017… MONASTERIO DE PIEDRA Y ZARAGOZA… 6º Día (ZARAGOZA).



Fecha: 24-06-2017.

Lugares visitados en este post: Zaragoza.


Comentario:
No madrugaríamos mucho en este día ya que nuestra intención era de quedarnos durante toda la jornada en la capital maña, así que el plan del día que teníamos pensado era de dar una vuelta por la mañana en Zaragoza, regresar al hotel después y de nuevo por la tarde regresar a la zona de tapas de la ciudad para pinchar algo antes de volver de nuevo al hotel, todo esto en bus claro está, que patear ya habíamos pateado bastante durante todos los días anteriores.

Cerca del mediodía tomaríamos el bus que nos acercaría al centro monumental de la ciudad, pasándonos una parada de más sobre la que hubiéramos tenido que posarnos, pero gracias a este error involuntario iba (en mi caso) a descubrir una iglesia que no conocía y que me había quedado pendiente sin saberlo de las dos visitas anteriores a la ciudad, la Iglesia de Santo Tomás de Aquino, construida entre los años 1736 y 1740.

Imagen del interior de la misma.


Continuamos después de esta visita rumbo a la Plaza del Pilar, pasando por el Mercado Central de la ciudad, el cual sí que me decepcionaría bastante comparado con el visto por ejplo en Valencia o incluso el de mi ciudad, Oviedo.


Tras entrar por un extremo y salir por el otro del mercado ya nos íbamos casi a encontrar con los preámbulos de la plaza más espectacular de toda la ciudad, la del Pilar y en donde estaba ubicada su famosa Basílica del Pilar.

Pero antes de entrar en dicha plaza, otra iglesia nos iba a salir al paso, el templo barroco de San Juan de los Panetes (año 1725).


Junto a la misma, el torreón en donde estaba situada la oficina de turismo de Zaragoza, el Torreón de la Zuda, siendo su forma actual de mediados del siglo XVI.


Paso a paso ya nos íbamos a encontrar con la Basílica del Pilar, a la que entramos por una de sus puertas ya que había alguna que estaba acotada a los invitados de diversas celebraciones litúrgicas que se estaban produciendo en esos momentos en la basílica, así que el “turisteo” era desviado a uno de los extremo de dicha basílica.

Algo de información sobre la Basílica del Pilar.


¡Por esa puerta NOOOOO, por la siguiente…!.


Entraríamos en la visita estrella de la ciudad, la cual estaba abierta al público una pequeña parte de la misma, así que nos encontraríamos con una buena muchedumbre que estaba admirando en esos momentos la basílica por dentro y a la que nos unimos sin dudarlo.

En mi caso era la segunda visita a este templo barroco y como la primera vez, en nada me decepcionaría mi incursión en el templo.

Imagen hacia atrás de la basílica y de la puerta por la que entrábamos los turistas a visitarla.


La visita continuaba en dirección al otro extremo de la plaza para ver los exteriores de la Catedral de Valencia, encontrándonos en el camino con el ayuntamiento de la ciudad.


Dejando atrás el ayuntamiento y la basílica.


La Catedral de Zaragoza, lugar que no visitaríamos.


Nos entretuvimos un rato buscando algunas tiendas para comprar las típicas “pijadas” de recuerdo, recuerdos que compramos pese a que Zaragoza ha sido uno de los lugares que menos recuerdos que comprar se puede decir que me he encontrado en todos los viajes de estos años.

Después de las tiendas ya nos iríamos a por la zona conocida como “El Tubo”, zona o una de las zonas de tapeo de la ciudad y en la que encontramos gran ambiente dadas las horas que eran (pasadas las 14h).

Nos sentaríamos a tomar y comer algo y después ya nos iríamos en busca del bus de regreso que nos llevara de nuevo al hotel.

En el hotel descansaríamos unas horas hasta que de nuevo, vuelta a la calle para irnos a tomar algo a la terraza “Terraluna” (tercera vez en estos días”.


Acto seguido pillaríamos el bus de vuelta a la zona de la mañana del “Tubo” y en donde había localizado por internet un bar típico similar a uno de Logroño que solo tenían exclusivamente pinchos de champiñones, por lo que entramos en dicho local llamado “El Champi” (muy recomendable), local que se veía que era muy frecuentado por los habitantes de Zaragoza y local en donde había un gran ambiente reinante.


En este local nos ofrecerían con el ticket un descuento en otro local muy cercano (dedicado a pizzas pequeñas) a este primero pero con el que nos “estafarían” con el descuento en cuestión, así que como tampoco teníamos muchas ganas de jaleos por dos o tres euros pasamos de discutir y abandonamos el lugar rápidamente.

Como era pronto, salimos al paseo del Río Ebro, regresando en otra buena caminata hacia el hotel para pasar ya la última noche de vacaciones de la semana…

¡Una penita, pena…!.

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