Fecha: 21-06-2017.
Lugares visitados en este post: Monterde, Calatayud y
Zaragoza.
Comentario:
Llegaba el tercer día
en tierras aragonesas y en mi caso me levantaría sobre las 07h15 para acto
seguido salir a correr algo por la zona, realizando una breve tirada de unos 08
Km para unos 50 min de carrera, disfrutando bastante de dicha tirada ya que me encontraría muy suelto y apenas me encontraría coches durante todo mi trayecto.
Vuelta al hostal,
ducha, desayuno y vuelta a la habitación para dejar de forma definitiva el
hostal (90 euros por dos noches – * anécdota de la bolsa olvidada al dejar el
hostal *) y poner rumbo hacia la zona de la ermita situada cerca del Monasterio
de Piedra y que el día anterior habíamos querido visitar aunque sin conseguirlo
por la mala climatología en la zona.
Foto despedida de la
habitación del hostal.
Pues lo dicho, rumbo a
la ermita y al mirador sobre el Parque Natural del Monasterio de Piedra y en
donde íbamos a estar unos minutos disfrutando de las vistas de la zona de las
cascadas del parque.
Regresaríamos de nuevo
a Nuévalos para sacar una última foto del pueblo con su embalse y con la
intención de poner rumbo hacia una población importante de la provincia de
Zaragoza, Calatayud.
Pero antes de
dirigirnos a dicha población, me iba a desviar con el coche unos km hacia un
pueblo que había visto anunciado en la carretera en mi tirada corredera alguna
hora antes, el pueblo de Monterde.
Aparcaría el coche a la
entrada del pueblo (790 m – 198 hab en 2016), empezando entonces a callejear
algo por el mismo y a intercambiar algunas palabras con alguna mujer del lugar.
Lo más destacado del
lugar iba a ser la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, edificio
construido entre finales del siglo XV y el siglo XVII en diversas fases.
Imágenes de dicha
iglesia así como de su torre característica.
Caminando en fuerte
ascenso por algunas callejuelas nos íbamos a elevar hasta la zona de los restos
del castillo.
De la zona cimera del
pueblo partía alguna ruta senderista que dado el calor que hacía era como para
renunciar a ella sin dudarlo.
También en esta parte
se encontraba la Ermita de la Virgen del Castillo (siglo XIII), ubicada sobre
un espolón rocoso y situada al lado mismo de las ruinas del castillo.
Vista del pueblo desde
esta parte cimera.
Abandonaríamos el
pueblo con la intención de seguir con el coche por la carretera unos pocos km
más, pero pillamos un tractor que ocupaba casi todo el ancho de la estrecha
carretera por lo que visto lo imposible que iba a poder adelantar el mismo,
decidimos pasar de perder más tiempo y regresar de nuevo hasta la carretera de
Nuévalos – Calatayud, sacando un par de fotos de despedida de este pueblo de
Monterde y por encima del pueblo, de sus construcciones “ganaderas”.
Nos gustó mucho dicho
pueblo, pueblo muy tranquilo y muy cuidado, así que tras disfrutar del mismo un
buen rato ya nos encaminaríamos hacia la ciudad de Calatayud (536 m – 20.191
hab en 2016), la principal población de la provincia después de la capital
zaragozana.
Enlace de esta ciudad
de Calatayud.
En teoría parecía que
había bastantes cosas que ver en la población así que con esa ilusión dejamos
el coche para ir adentrándonos poco a poco por las calles de la ciudad.
En mi caso y a medida
que me iba introduciendo en las calles y callejuelas de la ciudad de Calatayud,
la misma me iba gustando cada vez menos ya que la veía como una pequeña ciudad
un tanto caótica en la distribución de las calles y seguramente a dicha
impresión le ayudaba a que algunas calles se iban encontrar en este día en
obras, por ejplo la de la Plaza del Ayuntamiento.
Sacaría pocas fotos de
la ciudad, así que van un par de ellas de muestra, más bien para que queden a modo de muestra para
la posteridad de dicha visita.
Dado el calor que hacía
y que tampoco estábamos descubriendo grandes cosas, nos sentamos para tomar
algo en una avenida en donde estaban instaladas varias terrazas.
De aquí nos íbamos ya a
callejear algo en busca de un lugar para comer que ya tenía pensado y al que
había visto que le daban buenas críticas, El Mesón Las Dolores, uno de los
clásicos de la ciudad.
El local también tenía
su hospedería, la cual se ve su parte inferior en la siguiente imagen.
El restaurante por dentro.
Comimos muy bien en
dicho lugar y a base de un menú que tenían del día de bastante calidad (26 euros por los dos), que la verdad nos gustó mucho a los
dos.
Un par de fotos de
recuerdo de los comensales en dicho local.
Tras la comida ya nos
dirigimos hacia el coche para escapar de la ciudad y con el objetivo de subir a
uno de los varios castillos que coronan la ciudad, el Castillo Mayor o de Ayub.
Imagen de dicho
castillo y de la panorámica sobre Calatayud desde el mismo.
Escapamos de esta zona
del castillo rápidamente, dado el tremendo calor que hacía ya que unido al
terreno árido en donde estaba situado, la sensación de las altas temperaturas
fuera aún mayor.
Teníamos ganas de
llegar a Zaragoza y descansar algo en el hotel, así que al cabo de una hora ya
estábamos en la capital maña y aparcando casi al lado del hotel, el cual estaba
bien situado para salir y entrar de forma rápida a esta parte Oeste de la
ciudad.
El hotel que íbamos a
escoger en estos días en Zaragoza iba a ser el Eurostars Plaza Delicias de 3*,
hotel bastante nuevo por lo que pudimos ver y en muy buenas condiciones, tanto
a nivel de la habitación que nos darían así como de la cafetería.
Enlace del hotel…
Imagen del hotel
(sacada el último día).
Nuestra habitación, la 301.
Tras descansar algo en
el hotel, decidimos salir hasta un parque situado próximo al hotel y en donde
había una terraza recomendada en las guías de Internet sobre Zaragoza, llamada “Terraluna”
y en donde me daría por tomar un refrescante tinto de verano.
Tras “la terraza”,
iríamos poco a poco caminando hacia la zona del Río Ebro y de allí (se puede
decir que sin haberlo pensado inicialmente en el hotel) ya nos acercaríamos hasta
la Plaza del Pilar, pudiendo ver la Basílica del Pilar iluminada por la noche,
luz que le daba todavía un brillo más especial.
Imágenes nocturnas de
la Basílica del Pilar, del Ayuntamiento y de estos dos edificios desde un
puente sobre el Ebro.
Tocaba dar la vuelta,
así que otros 4 km aprox tocaba caminar de nuevo hasta el hotel y con el
objetivo de buscar algún sitio para pillar algo de agua, agua que conseguimos
encontrar poco antes de llegar al hotel.
Tocaba descansar ya que
al día siguiente teníamos pensado ir hasta la Sierra del Moncayo (entre otras
cosas), pero quizás dicha sierra no fuera lo que más espectacular que
encontraríamos en este día, así que para mostrar lo más importante del día
siguiente, mejor pasar al post del 4º día…
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