Fecha: 23-06-2019.
Lugar: Cuenca.
Comentario:
Segundo día de
vacaciones y en este día íbamos a seguir con nuestras andanzas por la parte
vieja de la ciudad, así que tras levantarnos iríamos inmediatamente a desayunar
a uno de los bares cercanos al apartamento para acto seguido bajar de nuevo
hasta la Plaza Mayor con el fin de apuntarnos a una visita guiada por la parte
del casco antiguo que no habíamos visitado la tarde anterior.
Durante el desayuno.
Un par de imágenes
sacadas durante nuestro itinerario hasta dicha plaza.
Empezaríamos la visita
guida yéndonos hacia la Plaza de la Merced en donde veríamos las fachadas del
Seminario Conciliar de San Juan y del Convento de la Merced.
Unos metros más adelante
descubriríamos la Portada de la Iglesia de dicho seminario.
Así como más fachada
del seminario junto a la Torre de Mangana.
En esta parte del casco
antiguo pudimos disfrutar de las vistas que nos iba a regalar el Mirador de
Mangana, en este caso de la Hoz del Río Júcar y del Cerro de la Majestad, cerro
que me quedaría por conocer.
Desde dicho mirador el
guía nos iba a dirigir hacia la zona de la Hoz del Río Huécar y en donde íbamos
también a disfrutar de las vistas hacia otro cerro de la ciudad, el Cerro del
Socorro con su característico mirador con un Cristo incluido y el Teatro Auditorio de Cuenca en su parte inferior.
Atentos todos a las
explicaciones del guía seguiríamos descubriendo casas colgadas, construidas
hacia abajo, tal como nos explicaría el mismo.
Aquí nos ocurriría la
anécdota de que por unos minutos quedaría este menda junto al guía, cascándose
al sol, mientras el resto del grupo (unas 40 personas aprox) se intentaban
refugiar de las altas temperaturas buscando cualquier atisbo de sombra, hecho
que me marcaría según “alguien” de ser “un tío raro, raro”.
La primera parte de la
visita acabaría en los exteriores de la fachada de la Catedral de Cuenca, donde
hubo gente que renunciaría a entrar mientras algunos entraríamos en el edificio
acompañados del guía, el cual seguiría dándonos explicaciones y datos sobre el
edificio religioso.
Enlace de la catedral…
Varias imágenes del
interior del edificio construido en el periodo comprendido entre los años 1196 –
1257.
Tras esta visita, la
cual creo que estuvo bastante bien, nos iríamos a comer a la zona de los
restaurantes de la parte alta del casco antiguo o lo que es lo mismo, a la zona
en donde habíamos desayunado unas horas antes.
Nos dejaríamos caer
entonces por uno que tenía bastante gente y en el que nos había parecido
atractivo el intentar comer algo en el mismo, llamado “Bar El Castillo”.
En la terraza del
restaurante.
Comeríamos de menú
bastante bien para seguidamente irnos al apartamento con el fin de descansar
antes de poner rumbo a “La Ciudad Encantada de Cuenca”, pero este capítulo en
concreto será para el siguiente post…, así que continúo con lo acontecido
después de nuestra llegada a Cuenca después de la visita a dicha ciudad
encantada.
Tras la visita anterior, llegaríamos a Cuenca
con el tiempo justo para iniciar una segunda visita al casco antiguo, en este
caso, la denominada “visita nocturna guiada”, así que nos uniríamos de nuevo a
un grupo para iniciar la visita por la parte superior de la Cuenca Antigua y en
la que nos internaríamos por alguna calle por la que no habíamos transitado
durante las últimas 24 horas.
De nuevo, el Convento
de San Pablo.
Nos enteraríamos a
través del guía que Cuenca había tenido en sus buenos años, un acueducto, así
que era de obligado cumplimiento sacar un par de imágenes de los restos que
quedan en pie del mismo.
Uno de los
descubrimientos del día y del viaje a Cuenca, “Los Ojos de la Mora”, dos
grandes ojos pintados en la roca del Cerro de la Majestad.
Trío de imágenes de
algunas casas colgadas de esta parte del barrio antiguo.
Finalizaríamos la
visita en la Plaza Mayor, yéndonos entonces a cenar, en esta ocasión al
Restaurante conocido como “La Catedral”.
En la terraza de dicho
restaurante.
Brindando por el día y
medio que habíamos pasado en Cuenca, que como digo era una ciudad a la que le
habíamos echado el ojo desde hacía bastante tiempo.
Plato típico de la
cocina conquense y que no nos daría mucho más, conocido con el nombre de “Morteruelo”
y que consiste en un guiso hecho con hígado de cerdo, especias y pan rallado,
todo ello machacado bien en un mortero para hacerlo una pasta.
Tras la cena que no nos
daría mucho más, pondríamos rumbo al apartamento para descansar hasta el día
siguiente ya que teníamos que madrugar en torno a las 07h para que Adela
pillara el tren que la llevara de vuelta a Valencia.
¡Pues a descansar…!.
En cuanto a las
impresiones sobre Cuenca, decir que me gustó bastante todo lo que vi,
descubriendo un casco histórico bastante chulo y bien cuidado, con guapas casas
colgantes, una catedral bastante chula (aunque se pueda caer cualquier día de
estos), un Puente y un Monasterio de San Pablo también dignos de visitar y un par
de Hoces y de Cerros que hacen que la vista disfrute en los momentos en que se
observa los mismos.
La parte negativa sería
el tema gastronómico ya que no encontraríamos lugares para comer que nos
dejaran, en general, un buen sabor de boca, sobre todo los situados en la Plaza
Mayor.
Resumiendo…Buena
escapada a una ciudad que no conocía.
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