jueves, 4 de julio de 2019

VACACIONES 2019… 1º DÍA (LLEGADA A CUENCA).



Fecha: 22-06-2019.

Lugar: Cuenca.

Comentario:
Llegaba el primer periodo vacacional de este año 2019, en concreto de una semana, así que antes de poner rumbo a pasar unos días por el Pirineo Aragonés, el cual había sido siempre un destino turístico al que le había tenido muchas ganas, iba a realizar una breve visita (en compañía de Adela) a una ciudad a la que desde hacía algunos años le tenía también bastantes ganas como era la ciudad de Cuenca, así que en esta mañana de Sábado me iba a levantar a eso de las 06h para poner rumbo a la capital conquense por el itinerario que pasaba primero por Burgos y que entraba en la zona de Madrid por su parte Este para pillar luego la M-50 y la A-3, la cual dejaría esta última para desviarme por la carretera nacional hacia Cuenca.

Y así iba el maletero del coche cargado hasta arriba en esta ocasión. 


Como suele ser costumbre cada vez que me meto un viaje largo, iba a ser inevitable la parada para desayunar en “El Ezequiel”.


Pues en torno a las 15h aprox iba a llegar a Cuenca (946 m – 56.703 hab en 2011) para acercarme a las afueras en donde estaba situada la Estación del AVE – Fernando Zobel, lugar donde me iba a reunir con Adela que iba a llegar desde Valencia tras una hora de recorrido.

Inmortalizándome en esos momentos y disfrutando del calor que hacía ya que había salido de Oviedo con unos 15º de temperatura y cuando me estaba haciendo ese selfie, hacía algo más de 30º, lo cual era de agradecer. 


Exterior e interior de la estación. 




Nada más encontrarnos los dos, ya íbamos a poner rumbo hacia la zona del casco antiguo de Cuenca y en concreto a la parte alta que era donde habíamos reservado el apartamento en el que cual estaríamos un par de noches en la ciudad, llamado “Alizaque Lodge”.

Pagina web del alojamiento…


Tras recoger las llaves en uno de los restaurantes de la zona alta, ya nos iríamos hacia el apartamento, el cual hay que decir que nos encantaría por completo, acostumbrados como estamos a ir normalmente de habitación de hotel.

Exteriores del apartamento.


Vídeo del interior del apartamento.


La vía principal del casco antiguo y por la que andaríamos en numerosas ocasiones en estos dos días en los que estaríamos en Cuenca.


El edifico del Archivo Histórico Provincial de Cuenca, el cual estaba situado casi enfrente del apartamento.


Ruinas del castillo, las más antiguas de la ciudad.


Desde esta parte de la ciudad, estaba claro que la vistas estrella iban a ser las formadas por las Hoces de los ríos Huécar y Júcar, en este caso la formada por el Río Júcar.


Otra de las vistas estrellas de Cuenca, la del Parador de Cuenca, situado en el Convento de San Pablo.


Espectacular vista de la Hoz del Huécar con el parador (izda), el acueducto (centro inferior) y algunas de las Casas Colgadas de la ciudad de Cuenca. 


Iríamos descendiendo por la calle más cercana a la Hoz del Huécar para pasar en un primer momento por las ruinas del que en su día fue uno de los dos castillos de la ciudad.


Vídeo por esta zona. 


En nuestra marcha era inevitable seguir admirando la obra del Convento de San Pablo.




Zona de la Catedral con algunas casas colgadas. 


Lateral del Archivo Histórico Provincial.


Entrada al Convento de las Carmelitas. 


Varias imágenes durante Cristo del Pasadizo. 










Trío de imágenes en el pasadizo con su Cristo. 






Ya muy cerca de la Plaza Mayor y de su catedral nos íbamos a encontrar con las ruinas de la Iglesia de San Panteleón con una escultura del poeta conquense Federico Muelas. (En la actualidad, dichas ruinas están ocupadas por las mesas exteriores de un restaurante).


Plaza Mayor. 


Fachada de dos conventos de la plaza, el Convento de las Petras (izda) y el de las Justinianas (drcha). 


Ayuntamiento de Cuenca, situado en la Plaza Mayor. 


La otra fachada del ayuntamiento. 


Inicio de la C/Alfonso VIII, la cual nos hubiera llevado en caso de tomarla, a la parte baja de la ciudad.


Otra de las vistas estrellas del casco antiguo, la de la Catedral, lugar que visitaríamos al día siguiente.


Seguiríamos paseando, en este caso por la zona del Palacio Episcopal, edificio en la actualidad que alberga el museo diocesano.


Plazoleta con buen ambiente que encontraríamos junto a dicho palacio.


En esos momentos, el hambre empezaba a apretar algo ya que no habíamos comido nada durante la jornada, así que intentamos localizar un restaurante, “El Secreto de la Catedral” que una de las chicas del apartamento nos había aconsejado, costándonos bastante de localizar  y a pesar de que habíamos estado alguna hora antes tomando algo en el mismo.

Como no vimos mucha pinta de cenar en dicho local (al día siguiente picaríamos algo en el mismo para la cena), nos iríamos al otro que nos había aconsejado situado este en la Playa Mayor y que respondía al nombre de “San Juan”, el cual se encontraba muy animado de gente en su terraza, así que allí decidimos que nos quedaríamos a picar algo en dicho lugar para la cena. 


Viendo la carta pudimos comprobar que no había nada que nos atrajera (en este sentido Cuenca sería una decepción para nosotros), así que decidimos ir a por lo seguro o lo que es lo mismo,  una paella que tengo que decir que estaba todo menos “rica”. 


Los dos en la terraza situada en la Plaza Mayor. 


Cuando acabamos con la cena ya había oscurecido así que decidimos seguir dando una vuelta, en estos momentos, cuando la oscuridad intentaba abarcar las calles del casco antiguo de la ciudad.

El Ayuntamiento iluminado, el cual cambiaba de color cada pocos segundos.


La Catedral iluminada.


Pondríamos rumbo entonces a la zona en donde estaba situado el Puente de San Pablo, puente que comunica la zona del parador con la del casco antiguo.

Puente de San Pablo y el edificio del Convento del mismo nombre. 


Inmortalizando el momento. 


Convento de San Pablo. 


Seguramente la casa colgada más llamativa que encontraríamos en este par de días.


Cruzaríamos al otro lado del puente para visitar el parador por dentro y en el que realizaríamos una breve visita por la zona del claustro. 


Volveríamos de nuevo sobre nuestros pasos al casco histórico para ir poco a poco, caminando rumbo al apartamento para descansar hasta el día siguiente ya que la jornada había sido larga y también la caminata por las calles de había dejado notar a nivel físico.

¡Siempre está bien descansar un poco…!.


Volviendo sobre nuestros pasos.


Estaba a punto de llegar una visita a la que la tenía muchas ganas como era la de la “Ciudad Encantada de Cuenca”, aunque antes de que llegara el día siguiente hay que decir que este menda se liaría e intentaría abrir la puerta de una casa del casco antiguo pensando que era la del apartamento....

¡Vaya empanada...!.

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