Datos
totales de la ruta:
Fecha:
28-06-2019.
Lugar:
Valle de Benasque (Huesca).
Distancia
total: 08,65 Km.
Tiempo:
03h:55:14.
Desnivel:
+575 m.
Picos
subidos: Ninguno.
Comentario:
En
este día iba a tener que abandonar el hotel en el que me había alojado las
cuatro noches anteriores en Benasque para irme a otro situado a unos tres Km en
un pueblo llamado Eriste situado al lado mismo del embalse del mismo nombre.
Tenía
previsto llegar por la tarde noche al nuevo hotel, así que había que hacer
alguna ruta por el día antes de mi llegada al nuevo alojamiento y para ello
abandonaría Benasque pasadas las 08h30 para llegar a la zona de Senarta donde
tenía pensado dejar el coche para coger el autobús que nos llevara por la pista
del Valle de Vallibierna hasta la zona del Refugio de Corones (1.955 m) dado
que las restricciones en algunas zonas del valle empezaban en este día por lo
que ya no iba a tener la libertad para moverme con el coche como en los días
anteriores por el Valle de Benasque.
A
las 09h15 pillaría el autobús que en 45 min le iba a llevar hasta dicho refugio
tras el pago del ticket de ida/vuelta (unos 17 euros) pero hay que ticket muy
bien pagado porque me iba a evitar el caminar por una pista de tierra de 07 Km
en cada sentido con el consiguiente cansancio y pérdida de tiempo en la ruta de
este día.
La
subida por la pista me pareció toda una aventura, tipo de esas imágenes que a
veces se ven por las carreteras indias o latinas, con el bus casi asomándose al
abismo, así que lo del bus sería toda una experiencia para recordar en este
día.
Empezaría
a caminar casi desde el mismo Refugio de Corones (1.955 m) por una pista en
dirección al área en donde estaban ubicadas dos zonas de ibones, el Ibón de
Llosas y el Ibón de Vallibierna (todavía no sabía a cual me intentaría arrimar
en este día).
Primera
imagen tomada nada más apearme del autobús.
A
punto de cruzar el puente que me acercaría al Refugio de Corones.
Refugio
de Corones y a su izda saldría el itinerario que tomaría para intentar llegar a
uno o los dos grupos de ibones.
La
pista – sendero en su tramo inicial que tomaría.
Vistas
durante estos primeros centenares de metros.
Muchas
piedras en el camino pero que no impedían continuar con una cierta facilidad.
Alcanzaría
el desvío hacia el Ibón de Corones, desvío que obviaría para seguir con el
itinerario de la pista principal por la que iba caminando mientras más piedras
me iban saliendo al paso a medida que transcurría el tiempo.
Un
par de imágenes de lo que vendría a continuación después del desvío.
Buenas
panorámicas en un tramo en el que la pendiente había descendido notablemente.
Nunca
me había encontrado con un jito formado con tantas piedras.
Imágenes
sacadas después del jito.
Al
poco rato me iba a encontrar con una agradable sorpresa en el camino, una
cascada muy cerca del itinerario a la que me acercaría a inmortalizar.
Vídeo
de dicha cascada (tomado a la vuelta).
Iba
a salir a terreno abierto y sin saberlo en esos momentos, estaba viendo el
punto al que llegaría para descubrir el ibón de esta jornada, el Ibón de Llosas
(pto rojo), aunque en un primer momento yo me desviaría a la drcha para
intentar alcanzar la zona del Ibón de Vallibierna.
Guapas
panorámicas en mi marcha.
Me
encontraría con un poste en el que me señalaban los dos itinerarios a seguir,
decidiéndome en esos momentos a tirar para el Ibón de Vallibierna, así que
animado por mi destino, cruzaría el río por un puente de madera para seguir con
el itinerario hacia dicho ibón.
El
sendero perfectamente señalizado me iría subiendo para acercarme a una caída de
aguas que en teoría parecía que iba a tener que cruzar.
Vídeo
en este tramo.
Pese
a cruzar otro pequeño arroyo sin problemas, tendría que intentar vadear esta
caída de aguas más importante, resultándome imposible y a pesar de que algunas
unidades que habían subido conmigo en el autobús habían desaparecido de mi
vista en esos momentos.
Aunque
inspeccionaría con detenimiento, no vi forma humana para cruzar las aguas con
una cierta seguridad, así que con cierta sensación de “impotencia” decidí ir
descendiendo para ir en busca del otro lago que señalaba el poste que había
visto varis decenas de metros más abajo.
A
punto de cruzar de nuevo las aguas por el puente de madera ya vi a lo lejos el
punto en el que suponía que debía estar el segundo lago de la jornada (pto
rojo).
Una
vez en la otra ribera, tocaba empezar a subir por un sendero bien marcado y
jitado en muchas ocasiones.
Vista
hacia atrás.
Aunque
no todo iba a ser tan fácil como suponía.
Vista
hacia atrás una vez superado el primer alud de piedras y bloques con un cierto
tamaño.
Siguiente
tramo a superar tras el alud de piedras.
El
agua seguía cayendo por todos lados.
Y
la subida continuaba.
Vista
hacia atrás.
Iba
afrontar el último tercio de subida a través de un sendero bien marcado por un
terreno algo más liviano que el anterior que había superado.
Más
imágenes durante la subida.
Panorámicas.
Afrontando
ya la última parte del itinerario para llegar a esa zona en la que estaba
convencido de que me encontraría con el Ibón de Llosas.
Ibón
de Llosas a 2.490 m.
Vídeo
sacado en este punto.
El
descenso lo haría con mucha tranquilidad, fijándome en donde metía el pie ya
que en algunos tramos era muy fácil complicarse la vida, así que cuando me
quise dar cuenta y tras 01h35 ya me encontraba a la altura del Refugio de
Corones (1.955 m), esperando a que el autobús subiera para recogerme.
Imagen
hacia atrás tomada en el descenso.
La
espera se me haría muy agradable hablando con un paisano de Barcelona de 70
años que se había dejado perder en este día por la zona y que también esperaba
a que lo bajaran al aparcamiento de Senarta, así que cuando nos quisimos dar
cuenta, ya estaba dando la vuelta el autocar para enfilar la bajada hacia dicho
aparcamiento.
Un
par de vídeos tomados durante el descenso con el bus.
Una
vez abajo, ya pillaría el coche para irme a tomar algo a Benasque, yéndome
después para el pueblo de Eriste (1.118 m – 141 hab en 2018) y en donde tenía
reservado alojamiento para las siguientes dos noches en el Hostal “Casa Rosita”.
Fachada
del hostal.
Vídeo
de la habitación.
Terraza
en donde cenaría en este día y en la que repetiría para la comida y cena del
día siguiente.
Así
finalizaba mi penúltimo día en el valle, así que para “desgracia mía”, estaba a
punto de llegar la última excursión de esta semana y en la que me iba a ir a
conocer el Refugio de Ángel Orús, situado en otro valle que no conocía.
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