Fecha: 22-06-2018.
Lugar: Arévalo.
Comentario:
Llegaba la última
semana del mes de Junio de este año 2018 y con ella mi primer periodo
vacacional escogido del año, así que pensando en donde me podía dejar caer en
dicho periodo vacacional y dadas las ansias tremendas de pillar sol durante
estos días, decidí finalmente tirar a conocer una zona a la que la tenía muchas
ganas desde hacía tiempo y como era la zona del Parque Natural del Cabo de Gata.
Aparte de la visita a
dicho espacio protegido, tenía también en mente pasar dos o tres días en
Carcaixent antes de llegar a Almería, así que como la semana se presentaba
larga y también por así decirlo cansada ya que me iba a ir a patear unos días por la
costa almeriense, aparte de todo el trayecto en coche para mi solito, había
decidido pasar una primera noche en mi camino a Carcaixent en el típico hotel
de carretera, situado en esta ocasión a un par de Km de la ciudad de Arévalo.
Pues después de salir a
las 15h de trabajar de este Viernes y tras estar algo menos de una hora en casa
acabando con los preparativos (el día anterior ya había bajado el grueso del
equipaje al coche), a eso de las 16h estaba saliendo con el coche para poner
rumbo por la Autopista del Huerna hacia Arévalo, llegando a dicha población pasadas las 19h.
Lo primero que haría
iba a ser acercarme hasta el Hostal Las Fuentes, lugar donde pasaría la primera
noche de mi periodo vacacional en este mes.
Enlace de dicho hostal…
Vídeo e imágenes tomadas de dicho hostal, así como de la habitación.
Tras la visita al hostal y dado
que eran todavía las 19h aprox, me acercaría hasta Arévalo (820 m – 8.123 hab en
2016) para dar una vuelta y hacer algo de tiempo ya que la localidad se
caracteriza por tener un buen conjunto histórico – artístico y por tener una
gran cantidad de monumentos mudéjares.
Enlace con algo de
información sobre la ciudad de Arévalo…
El primer monumento al
que me acercaría iba a ser la Iglesia de El Salvador.
Otro par de imágenes de
dicha iglesia en mi retorno hacia la Plaza del Arrabal, lugar donde había
dejado el coche momentos antes.
Iglesia de Santo
Domingo, ubicada en dicha Plaza del Arrabal.
Desde dicha plaza me
dirigiría hacia la Plaza del Ayuntamiento a través del pasadizo que protegía el
Arco de Alcocer, uno de los restos que quedan en pie de la muralla original.
Tras dejar la Plaza del
Ayuntamiento ya iría en busca de la plaza más espectacular (en mi opinión) que
tenía la localidad, la Plaza de La Villa.
Por la calle que me
llevaría a dicha plaza ya me iría apareciendo la torre más alta de todas las
iglesias que tiene Arévalo, la torre de la iglesia de Santa María la Mayor.
Y junto a la iglesia,
la Plaza de la Villa, plaza típicamente castellana con soportales.
En un extremo de dicha
plaza destacaba la Iglesia de San Martín, también llamada “de las torres
gemelas”.
Vista hacia atrás de la
Plaza de la Villa desde el lugar en donde se encontraba ubicada la “iglesia de
las torres gemelas”.
Desde la plaza me
dirigiría a una zona de la ciudad que no conocía y en la que existía una
especie de mirador hacia el pequeño cañón que formaba el Río Adaja a su paso
por uno de los extremos de la ciudad.
Vista hacia atrás de la
Iglesia de San Martín en mi camino hacia el mirador.
Imagen y vídeo del Río
Adaja a su paso por Arévalo.
Retornaría de nuevo
hacia la gran plaza monumental de Arévalo para ir en busca del castillo de la
ciudad, pasando antes por la Fuente de los Cuatro Caños, ubicada en uno de los extremos de la Plaza de la Villa.
Castillo de Arévalo,
también conocido como Castillo de los Zuñiga, el cual data de la segunda mitad
del siglo XV.
Iría retornando hacia
el centro de la ciudad, pasando por otro de los extremos de la ciudad y
descubriendo el Arco de Medina, así como su puente, el cual cruza por encima
del otro río de la ciudad, el Río Arevalillo.
Finalmente en mi camino
hacia dicho centro, descubriría otra iglesia llamativa, la Iglesia de San Juan
Bautista.
Tras dicha iglesia
llegaría a la calle en donde estaban ubicados los dos restaurantes más
prestigiosos de la ciudad para comer el lechazo o el producto típico de la
ciudad, el cochinillo o también llamado tostón asado, no encontrando abiertos
dichos establecimientos hosteleros, así que me tuve que ir para el hostal con
la intención de cenar algo antes de acostarme.
Tras la cena ya no
había mucho más que hacer, así que tocaba camita y descansar para el día
siguiente que todavía había que hacer una buena cantidad de Km en mi tránsito
hacia tierras levantinas.
¡A descansar tocaba…!.
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